Mucho por hacer
Hace unos días se produjo un incidente a bordo de un avión. Una mujer fue increpada por otro pasajero (con el que compartía fila) por su raza y su físico. Después de recibir varias amenazas e insultos muy graves, la decisión de la tripulación de la aerolínea fue cambiarle el asiento a la señora discriminada, ¡a la víctima! ¿Por qué la tripulación permitió que el agresor permaneciera en ese avión? Y, lo que es más grave, ¿por qué solo fueron tres los pasajeros que reaccionaron ante la lamentable e injusta situación? Quiero creer que llegará un día donde todos nos respetemos sin importar de dónde venimos, cómo somos o a quién queremos. Mientras tanto hay que seguir implicándose porque, visto lo visto, todavía queda mucho por hacer.
Marta Navarro
Barcelona
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