Por qué debemos defender la UE

Septiembre es el mes en que cada año se celebra la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este año, del 23 al 29, se prevé que tomen la palabra al menos 95 de los jefes de Estado de los 193 países miembros. Nunca fueron tantos los intervinientes, los intereses tan dispares ni la diplomacia tan importante, precisamente porque hemos pasado a vivir en un mundo aparentemente desnortado. Del mundo bipolar dominado por la URSS, EE UU y la Guerra Fría hemos cabalgado a lomos del mundo unipolar controlado en solitario por EE UU, ebrio de soberbia, hasta el mundo pluripolar de hoy, marcado por la crisis, el egoísmo, el miedo y la frívola mofa de los mecanismos de derecho garantes de la endeble paz mundial. La UE se ha consolidado en este panorama como firme defensora de los tratados y el derecho internacional que Trump, Putin, Xi y otros buscan eludir arteramente o socavar abiertamente. Pero ese acervo legal es la última garantía que impide caer al precipicio de un mundo apolar, caótico y sin salvaguarda alguna. Todos los ciudadanos de la UE han de ser conscientes de ello y contribuir a defender el proyecto europeo. El futuro está hoy en nuestras manos.

José Eguiagaray