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Definitivamente este verano no ha sido el mejor para Fan Bingbing. Una de las actrices más conocidas en China –y también una de las mejores pagadas del mundo–, lleva más de dos meses sin aparecer en público o en redes sociales, una desaparición que los medios de comunicación chinos han atribuido a una posible investigación sobre ella por fraude fiscal. La intérprete, que ha negado cualquier delito, ha visto además como su imagen pública en el país asiático se ha desplomado a raíz de un informe que le otorga un sonoro suspenso en responsabilidad social.

Fan Bingbing, de 36 años, es la actriz y modelo por excelencia en China. Con una carrera que abarca prácticamente dos décadas, ha participado en numerosas películas de éxito y también en taquillazos de Hollywood. Es un imán para las marcas de lujo occidentales y su rostro aparece en numerosos anuncios por todo el país. Su enorme fama, sin embargo, ha topado con graves acusaciones de fraude fiscal y, según los rumores apuntados por varios medios chinos, está siendo investigada por este delito.

Hace unos meses, se la acusó de haber firmado contratos extraoficiales en los cuales cobraba hasta seis veces más de lo estipulado para así evitar pagar impuestos. Asimismo, varios medios aseguraron que estas ilegalidades eran solamente la punta del iceberg y que estaba vinculada con “préstamos ilegales y otras corruptelas”. Estos artículos fueron eliminados horas después y Fan no ha sido acusada formalmente de ningún delito. Según la revista Forbes, el año pasado cobró más de 300 millones de yuanes, unos 37 millones de euros.

Pero la actriz, habitualmente muy activa en redes sociales (cuenta con más de 62 millones de seguidores en Weibo, una red social similar a Twitter), no ha dado señales de vida desde que visitó a principios de julio un hospital pediátrico. Según una persona vinculada a la industria del cine en el país, Fan no ha sido detenida ni está formalmente bajo custodia policial, pero está vigilada en un hotel de Pekín y sus movimientos están restringidos mientras avanza la investigación sobre ella, según informan fuentes de la industria cinematográfica del país. Hace pocos días el periódico local Securities Daily indicó que Fan estaba bajo vigilancia y que la actriz estaba dispuesta a aceptar cualquier acción judicial.

En paralelo, un estudio reciente elaborado por la Universidad Normal de Pekín y la Academia China de Ciencias Sociales ha otorgado a Fan una puntuación nefasta en lo que a responsabilidad social se refiere: un cero sobre cien puntos. Los investigadores evaluaron a varios personajes célebres del país (actores, cantantes, modelos,...) según tres criterios: su trabajo, sus obras de caridad y su integridad. Si bien la actriz ha donado dinero para causas benéficas, los autores del informe aseguran que el escándalo por fraude fiscal, aunque aún no demostrado, ha afectado enormemente a su reputación. Aunque se trata solamente de un estudio, nadie pone en duda que la actriz está inmersa en una crisis de imagen tanto con las autoridades como con el público.

Para la industria cinematográfica en conjunto, el caso de Fan demuestra que las autoridades del país siguen de cerca uno de los mayores mercados del mundo, tanto el contenido de las producciones como los salarios que perciben sus grandes estrellas. En septiembre del año pasado, varios grupos de la industria cinematográfica y de la televisión acordaron limitar los sueldos de los actores y actrices a como máximo el 40% del presupuesto de la producción. Las autoridades también pusieron techo a los honorarios de las grandes superestrellas del cine chino, obligando a que reciban como máximo el 70% del total de la partida de sueldos de todo el elenco para “evitar promover el culto al dinero que distorsiona los valores sociales”.