Día Internacional de la Danza: Que ningún niño se quede sin bailar
Es una disciplina en la que todos son iguales, todos crean y todos pueden disfrutar como espectadores y como productores de cultura. ¡Se abre el telón!
Hoy se celebra el Día Internacional de la Danza, en el que hay lugar para los niños de todas las capacidades. La danza es una disciplina en la que todos son iguales, todos crean y todos pueden disfrutar como espectadores y como productores de cultura. ¡Se abre el telón!
Sofía está feliz. Dentro de unos días irá a su clase de danza, a la que va religiosamente todas las semanas desde hace cuatro años. ¿Qué tiene esto de especial? En el caso de Sofía, todo. Tiene 14 años y padece una de las llamadas enfermedades raras, de esas con síntomas diversos, diagnósticos difusos y que se desarrollan en pocas personas (menos de 1 por cada 2.000). Le tocó a ella y le afecta porque interfiere profundamente en su movilidad, su aprendizaje y su autonomía. Moverse no le es fácil. Por eso, su clase de danza no es solo una extraescolar. "Le ha devuelto las ganas de hacer cosas, que había perdido hace años", nos cuenta emocionada Lola, su madre. Sofía quizá no puede seguir la trama de una obra o comentar el guion de una película, "pero sí sigue la música, con la que se emociona y se mueve de pura alegría".
Sin embargo, encontrar una escuela de baile para ella no fue fácil. "Nadie la aceptaba porque entorpecía la clase". Hasta que llegó a la Asociación Sin Drama, en Colmenar Viejo (Madrid), un espacio artístico donde niños y adultos de diferentes capacidades disfrutan del mundo del arte escénico, practicando diferentes disciplinas. "Ver su carita en su primera presentación es una imagen inolvidable", continúa Lola. "Ahora, se siente más segura, se frustra menos cuando las cosas no salen bien. Y a mí no me importa que no sepa contar o reconocer los colores, porque está alegre, se supera a sí misma y disfruta sobre el escenario, saludando y recibiendo aplausos".
En este gran paso mucho ha tenido que ver la directora de Sin Drama, Silvia Morales, quien no dudó en abrir un grupo solo para Sofía, si era necesario. Además de bailarina desde los 4 años, es también psicóloga y dirige desde 2013 este proyecto, su sueño de la danza para todos. "He sufrido mucho las exigencias del mundo de la danza profesional y estar siempre pensando en cumplir unas expectativas a las que no llegaba", recuerda. "He ido descubriendo que el baile tiene para estos niños un poder tremendo, de hacerlos sentir bien, de sentirse bonitos, de que hacen cosas bonitas". Aquí no importa si no tienen las piernas largas ni estilizadas. Ni siquiera si no siguen los movimientos acordados. "Hacemos obras corales, en las que no hay protagonismos y todos sienten que pisan fuerte y hacen algo en conjunto", comenta la directora. "Cada uno crece en autoestima, tanto los niños, porque consiguen cosas, como yo misma, por participar en ello", dice Silvia. "Si te conducen cariñosamente y ves que consigues cosas, das más que si te sientes juzgado o no cumples un ideal", concluye.
En Sin Drama todas las clases de danza clásica, moderna, teatro y otras modalidades de expresión corporal son inclusivas, al ritmo de cada uno y con una mirada distinta. La clave está en las dosis de cariño, paciencia, humor, escucha y mucha ilusión. El grupo de Sofía es el de psicoballet, que solo cuenta con cuatro alumnos. Todos los años, Silvia los acompaña arriba del escenario en su presentación de fin de año. Aquí es donde surgen movimientos nuevos, ataques de risa, caras de inagotable felicidad, que son el verdadero éxito de la obra. Si quieres ver su trabajo, el próximo 9 y 10 de junio, estarán en el Auditorio de Colmenar Viejo.
Paso a paso, más inclusión
Gabriela Martín, directora de la Fundación Psico Ballet Maite León, espacio con escuela y compañías de danza inclusivas de Madrid, destaca que "el mundo de la cultura está abriéndose más, cambiando la legislación, adaptando espacios para ser accesibles, ofreciendo espectáculos en lengua de signos...". Y lo dice como testigo de una evolución en la inclusión y la accesibilidad. Su madre, Maite León, conocida bailarina y coreógrafa, tuvo otra hija, que nació con discapacidad intelectual. "Cuando mi madre se dio cuenta de que había belleza en el resultado al aplicar las técnicas de baile en mi hermana, fundó la compañía de danza Psico Ballet". En esos años las personas diferentes "no eran bien vistas" por el resto de la gente, por lo que la coreógrafa pensó que había que hacer cambios y que su compañía debía de ser inclusiva, en la que bailaran personas con discapacidad junto a las que no la tenían. En 1986 la compañía se convirtió en la fundación que es ahora, con el objetivo de "mostrar la estética y la belleza de mentes y cuerpos diversos a una sociedad plural. Desde esta perspectiva, todos tienen capacidad para mostrar su potencial sobre un escenario. Para ello, únicamente hay que aportar las herramientas adecuadas", nos cuentan. Al año siguiente ganó el Premio Reina Sofía a la Integración; seis años después, Psico Ballet consiguió una subvención para crear un espacio permanente de artes escénicas (circo, teatro, danza, maquillaje artístico, música...). Hoy, dirigido por Gabriela, no ven límites en la danza.
En 1986 la compañía se convirtió en Fundación Psico Ballet Maite León, con el objetivo de "mostrar la estética y la belleza de mentes y cuerpos diversos a una sociedad plural. Desde esta perspectiva, todos tienen capacidad para mostrar su potencial sobre un escenario. Para ello, únicamente hay que aportar las herramientas adecuadas", nos cuentan. Al año siguiente ganó el Premio Reina Sofía a la Integración; seis años después, Psico Ballet consiguió una subvención para crear un espacio permanente de artes escénicas (circo, teatro, danza, maquillaje artístico, música...). Hoy, dirigido por Gabriela, no ven límites en la danza.
Infinitos beneficios el baile
"Es una disciplina que mejora la motricidad, la coordinación, la memoria, el lenguaje, potencia la creatividad, favorece que los niños saquen todo lo que tienen en su interior, lo que permite que el movimiento fluya de manera natural. Sube la autoestima y la capacidad de adaptarse a los cambios", comenta Gabriela, dejándose otros tantos pros en el tintero. Y aquí todos aprenden, no solo quienes tienen una discapacidad porque "la danza enseña a trabajar en equipo, solidarizarse frente a la diferencia, respetar los tiempos del otro". No hay requisitos especiales para entrar, "todo el que quiera bailar puede hacerlo: lo único es que esté a gusto. Y otro punto: los niños (y adultos) son partícipes del proceso, aportan ideas y movimientos".
Festival de arte y diversidad
El Día Internacional de la Danza coincide este año con el fin de semana de la 12ª edición del Festival de Arte y Diversidad Escena Mobile, celebrado Sevilla, que incluye como novedad la danza inclusiva en la calle. Su directora, Esmeralda Valderrama, también lo es de la Escuela DanzaMobile, organizadora del evento. En ella recibe a niños de diversas capacidades, desde los 3 años: “desde 1995 la escuela une el mundo de las artes con el de la discapacidad. Todos sus profesores provienen del mundo del arte: bailarines, actores, pintores... y son quienes dan recursos a los niños para comunicarse a través de la danza”. Danza Mobile se ha convertido en estos años en un proyecto integral y transversal en el que se han trazado varias líneas de trabajo: participación social, formación, creación artística y gestión cultural. Así, además de la escuela de danza, ya cuenta con un centro de creación de artes escénicas y una compañía profesional.
Musicoterapia al son de la danza, y viceversa
La danza no baila sola. Siempre tiene una compañera especial: la música. David Buedo, psicólogo y musicoterapeuta, de Somarmonía, en Valencia, primero nos hace una distinción: "la música puede ser terapéutica, pero la musicoterapia consiste en utilizar la música junto al movimiento para mejorar la salud y la calidad de vida". Se trata de una terapia holística que aborda los aspectos físico, cognitivo, comunicativo, social, emocional y hasta espiritual, en algunos casos. "Con una improvisación instrumental cada uno propone el tempo, el ritmo, la intensidad de la música. En la danza es similar: los movimientos generan una comunicación no verbal, una escucha y una respuesta que, en el caso de los niños con autismo, por ejemplo, quienes suelen tener dificultad para comunicarse, es un gran avance". Un ritmo o baile repetitivo tiene significados sociales y comunicativos para ellos. Las sesiones de musicoterapia en niños con alguna discapacidad empiezan con canciones de bienvenida para seguir con un baile, para que antes de empezar la terapia propiamente tal, liberen energía, se sientan a gusto y compartan su expresión corporal". En el fondo, todo lo que da la danza.
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