Locura y mafia por unas zapatillas
El pasado sábado fue el lanzamiento de tres de los modelos más deseados de Nike y Adidas. Así operaron las redes de reventa aquel día
Rosa entra a las 11.00 del pasado sábado en la tienda del centro de Madrid de sivasdescalzo (SVD), referencia en España en ediciones limitadas de zapatillas y moda urbana de las firmas más punteras. Acaban de abrir y ya hay varias personas delante de esta mujer de 45 años que quiere comprar el último modelo de las Yeezy, la línea de Kanye West para Adidas. Son para su hijo adolescente, que le ha dado “sus ahorros de Navidad" para comprarlas. "No sabes la ilusión que le hace”, apunta. Enseguida llega la decepción, y no por los 200 euros que cuestan.
La dependienta le informa de que ese modelo, al igual que los otros dos lanzamientos de ese día, solo se puede comprar si antes se ha ganado un sorteo para el que hay que apuntarse días antes. La realidad es que, casi con total seguridad, si hubiese participado en esa rifa, Rosa se hubiese ido igualmente a casa sin las zapatillas para su hijo. También nos pasó a nosotros, que nos apuntamos a los sorteos de los tres lanzamientos de la jornada en sus tres versiones (Instagram, página web de la tienda y físicamente en el establecimiento) para comprobar si es posible conseguir alguna de estas codiciadas joyas del calzado deportivo. Nueve participaciones y nada de nada.
En la cola, Rosa es la nota discordante. Los demás son jóvenes que se han convertido en expertos en conseguir estas zapatillas para poder revenderlas, como mínimo, por el doble de su precio original a través de Internet. Otros son coleccionistas, locos de las sneakers. Para lograr su objetivo, en muchas ocasiones se saltan las reglas. Junto a los ganadores del sorteo empiezan a merodear varias personas que han acudido para intentar comprarlas en reventa. Dos de ellos son una pareja de amigos de 24 años que han llegado a la capital desde Zaragoza en el primer tren de la mañana para intentar conseguir las Nike Vapormax en colaboración con Off White, la firma del diseñador Virgil Abloh —desde hace apenas un mes el nuevo director creativo de Louis Vuitton hombre—, el gran lanzamiento del día.
Cada uno de los lanzamientos de Abloh para Nike está siendo una auténtica locura, y las Air Jordan 1 que salieron hace un mes se han llegado a revender por 1.800 euros (costaban 210 euros). “Venimos porque estas cosas solo salen en Barcelona o Madrid, y bueno, por si alguien nos las deja a un precio razonable”. Están dispuestos a pagar unos 400 euros por el par, pero en cuanto ven llegar a dos hombres asiáticos se marchan. “No hay nada que hacer”, se lamentan.
Uno de ellos, de nacionalidad china, se sitúa en el portal de al lado. No ofrece dinero a los afortunados que van saliendo de la tienda con su bolsa. Ellos se detienen junto a él, intercambian un par de palabras y le revenden las zapatillas que acaban de comprar en la tienda. El hombre saca de una riñonera roja un fajo enorme de billetes que puede superar los diez mil euros, y ofrece entre 300 y 600 euros por cada par. Compra más baratas las Air Jordan Shadow, que han sido lanzadas con mayor stock y en más tiendas; a continuación las Yeezy, quizás algo devaluadas después de tantos lanzamientos; y hasta 600 euros por las Nike Off White, las zapatillas del momento. El objetivo es revenderlas por mucho más a compradores adinerados en China que quieren un contacto directo en el lugar del lanzamiento para evitar engaños o falsificaciones. Otra mujer china sale con su bolsa de la tienda y confiesa que trabaja para un cliente en el país asiático que la contrata para apuntarse a los sorteos. El hombre del portal termina dos horas después rodeado de unas doce bolsas sin que nadie en la tienda pueda hacer nada para evitarlo.
“Ahora se ponen en el portal, antes lo hacían directamente en la puerta de la tienda”, comentan resignados los dependientes, que recuerdan anécdotas: a veces, el que acaba de revenderlas les ha pedido que le revisen los billetes por si son falsos. Con la excusa de comprobar si hemos sido ganadores del sorteo y no nos ha llegado el email de confirmación, echamos un vistazo a la lista de ganadores. No hay más de 30 nombres. “Para las Off White han llegado un par de cada talla y de alguna como mucho dos pares”, nos confirman. Al conocer el grado de exclusividad de estas ediciones, sorprende aún más comprobar que son los mismos los que ganan siempre los sorteos.
Rubén es un estudiante de Ingeniería de Caminos de 21 años. Lleva puestas las Jordan que alcanzaron récords en la reventa hace un mes y viene a recoger las Vapormax Off White porque también le han tocado. Su explicación de tal hazaña es que su talla, una 41, es menos solicitada y por eso tiene más posibilidades. Dice que no revende porque quiere las zapatillas para él, las financia revendiendo ropa de edición limitada, y confiesa que ataca con bots la página web de la firma neoyorquina Supreme, una de las referencias mundiales para los fashionistas de la moda urbana, y se asegura los lanzamientos que luego revende a través de Internet.
A continuación llegan Joan y Alexis, dos gemelos de 20 años que calzan un 45. “Nos han tocado a los dos las Off White, un par para cada uno, y además unas Yeezy para mi novia”, presume Alexis. También consiguieron el mismo modelo en negro la semana anterior, y tienen el mismo argumento que Rubén. “Nuestro número es más fácil”. Aún así, desde sivasdescalzo cuentan que en el sorteo online de Off White han participado 50.000 personas, por lo que en el sorteo físico en tienda lo lógico es que la demanda haya sido también altísima. No es normal que dos hermanos consigan los dos pares disponibles de una talla, a no ser que se salten las normas del concurso.
Es necesario apuntarse con un DNI, y solo se admite una participación por persona. O cometen alguna ilegalidad o desde la tienda no se comprueba bien y se apuntan muchas veces. Hay otra posibilidad, peor aún, piratear de alguna forma el sorteo. Josep Folch es jefe de producto y uno de los fundadores de SVD. Admite que los lanzamientos de ediciones ultra limitadas son una de las razones de ser de la marca: "Hemos conseguido que un producto exclusivo llegue a todo el mundo, aunque a veces genere frustración en nuestro cliente de siempre”. Al comentarle que hemos comprobado con nuestros propios ojos que el producto no llega a casi nadie, especialmente al cliente medio de España, declara: “Sabemos que hay una burbuja y coexistimos con esa red de reventa. Sería hipócrita no admitir que también forman parte del engranaje. La clave es potenciar al buen cliente y seguir perfeccionando métodos para frenar estas mafias. Y estamos en ello”. Al mismo tiempo comenta que el negocio vive uno de sus mejores momentos, “algo exponencial con la generalización del e-commerce desde hace unos 3 o 4 años”.
Al mismo tiempo, en la otra tienda en Madrid que tiene el modelo de Virgil Abloh para Nike, Foot District, se prepara otra forma de sorteo. Días antes se reparten tickets por talla: tres veces más tickets que stock, para garantizar que toca a uno de cada tres participantes. Finalmente entran en la tienda por grupos definidos por la talla y tocan una máquina que ofrece una puntuación. Las mejores puntuaciones se llevan la zapatilla. “Es el mejor método que hemos podido inventarnos para evitar todo lo que hemos vivido estos años, desde peleas en las colas con protestas de los vecinos incluidas, hasta intentos de engaño de todo tipo por parte de estas mafias”, cuenta Sara, una de las encargadas.
Folch lo descarta. “Sería casi peor. Se organizarían con amigos y se quedarían con todos los tickets. Nosotros optamos por soluciones tecnológicas que acaben premiando de alguna forma a los clientes de verdad”. Al mismo tiempo asegura que van a poner “nuevos medios para potenciar que los compradores habituales tengan la oportunidad de hacerse con el producto”, aunque reconoce la dificultad de frenar a quien vive de esto. Es su negocio. Revendiendo tres pares de zapatillas pueden sacar lo que una persona en un mes de trabajo. Conocen las herramientas y el momento y ante eso, una madre que quiere comprar unas zapatillas a su hijo no tiene nada que hacer.
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