Manuel Valls se separa de su mujer, la violinista Anne Gravoin

Al que probablemente haya sido el año más difícil de su carrera política, Manuel Valls añade ahora un revés personal: el ex primer ministro francés, fracasado aspirante presidencial y actualmente diputado sin partido ha anunciado que se separa de su esposa, la violinista Anne Gravoin, con la que formó en su momento una de las parejas más glamurosas de la política francesa.

“Una página pasa tras doce bellos años de vida en común”, ha declarado el político de origen español a Paris Match. Pese al anuncio tan público en la revista a la que en el pasado la pareja ofreció algunos posados, el ex primer ministro pide respeto a la vida privada de ambos y anuncia que este será el único comentario que haga al respecto. “Una separación es siempre un acto doloroso”, agrega Valls.

La decisión ha tomado a la prensa por sorpresa. Hace solo un par de meses, en febrero, Valls (Barcelona, 1962) contaba con mucho cariño en un programa de televisión en el que los que hacen las preguntas son niños, cómo había encontrado a su esposa.

“A mi mujer, Anne, la conocí hace mucho, mucho tiempo, cuando estaba en la veintena. Ella era más joven que yo (tiene tres años menos) y tuvimos una primera historia de amor” en los años 80, relató Valls. “Después, nuestras historias se separaron, ella hizo su vida, se casó, tuvo una hija, yo hice mi vida, y era feliz, tuve cuatro hijos con Nathalie (Soulié, una maestra a la que conoció cuando ambos estudiaban en la Sorbona). Y luego, porque la vida es así, nos separamos, y después me encontré con Anne, un poco por azar, y hemos tenido esta bella historia de amor. Que es algo íntimo, es nuestra historia”, subrayó.

La pareja se reencontró, efectivamente, en 2006, después del divorcio de Valls. Gravoin, productora musical y una famosa violinista que ha actuado con las mayores estrellas de la música francesa, como el fallecido Johnny Hallyday o Charles Aznavour, le invitó a uno de sus conciertos. La pareja contrajo matrimonio en 2010. Dos años más tarde, Valls entraba como ministro del Interior en el Gobierno del socialista François Hollande, en el que acabó siendo primer ministro. Pese a mantener en todo momento su independencia —“cada uno tiene su vida, un corazón y un cerebro”, declaró Gravoin al diario Le Parisien— la violinista acompañó a su marido en numerosos actos públicos. Y hasta se aprestó a escenas como el espectacular beso que se dieron en 2013 tras un concierto de ella y que ocupó una doble página en Paris Match.

La que parecía una imparable carrera política que acabaría con Valls como siguiente inquilino del Elíseo comenzó a torcerse hace poco más de un año, cuando Benoît Hamon le arrebató en primarias la candidatura socialista a la presidencia francesa. Valls acabó dejando el Partido Socialista y anunció su apoyo a su antiguo exministro y hoy presidente, Emmanuel Macron. Un respaldo que le valió de poco, ya que la formación macroniana, ¡En Marcha!, no lo inscribió en sus filas para las elecciones legislativas. Pese a ello Valls, que acabó renovando por la mínima su escaño tras presentarse como independiente, manifestó su afiliación al macronismo, cuyas políticas respalda desde la Asamblea Nacional. Con la separación de su pareja de la última década, Valls cierra todo un capítulo de su vida.