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Tentaciones

'Europa': la película sobre la 'rave' a la que todos quieren ir y que no se puede encontrar

Miguel Ángel Pérez Blanco dirige un film sobre dos amantes que viajan en el tiempo para celebrar la gran fiesta de la llegada del siglo XXI

El IBAFF de Murcia, que se clausura hoy, es el último festival, por el momento, en el que ha participado Europa. La película de Miguel Ángel Pérez Blanco se ha podido ver en los últimos meses en el Festival Internacional de Cine de Moscú, el Thessaloniki International Film Festival, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), D'A Film Festival Barcelona y también el Festival Márgenes. Y, próximamente, se podrá ver en el Festival de Las Palmas, dentro de la sección informativa Panorama España.

Europa arranca con dos amantes perdidos en las calles de una ciudad durante el primer día de 2018. En su deambular, cruzan un túnel y aparecen en 1999. Su objetivo es encontrar la rave que escuchan lejana y que celebra la llegada del siglo XXI. "Desde el principio tuve claro que en la película dialogan dos siglos para preguntarnos si hemos cambiado, si ha cambiado algo cuando el siglo XXI cumple su mayoría de edad. Han pasado dieciocho años, la narración confunde presente, pasado y futuro en su estructura. ¿Qué es lo importante? Lo importante de Europa es que cuestiona la identidad".

¿De dónde surge una historia poblada de fantasmas como Europa?

La película pone de manifiesto mi deseo por recomponer las cosas que forman o han formado parte de mi vida. Cuando Almodóvar estrenó Los abrazos rotos dijo que él siempre trata de protegerse de sus ficciones. Esto es lo que he aprendido con Europa. Antes de rodarla pensaba como Philippe Garrel pero la cámara no puede protegernos, y en la práctica, en el oficio de hacer películas, el cine puede convertirse en una experiencia dolorosa.

¿Creo que el trabajo de guion fue complejo, verdad?

Luis Juanes y yo escribimos dieciocho versiones. Localizábamos con el resto del equipo y tomábamos notas continuamente. Escribimos la película hasta la última jornada de rodaje, revisando diálogos. Luis estuvo conmigo todo el tiempo, quiero decir que no es un guionista que hace su trabajo y se va a su casa. Lo que provoca un estado de alerta que vuelve al mundo que te rodea en susceptible de transformarlo en una ficción. Es como si tuvieses un molde muy grande para tu escultura, debes limarla hasta que parezca que su forma ha sido creada por inercia, y que ese es su estado natural. El mundo es el que se parece a la película y no al revés porque el cine no funciona por imitación a la vida en términos realistas o de cosas tan espantosas como la verosimilitud. Por otro lado, la emoción en cine es muy particular. Por ejemplo, la tristeza es un sentimiento reconocible en una película y el arte contemporáneo ha creado una manera muy diferente de relacionarnos con el mundo, cuestionando la emoción a través de la forma. La película pone de manifiesto esta dialéctica con dos amantes que se invocan en distintos tiempos. 

La película habla sobre la juventud y también sobre un mundo que se acaba o muta, ¿qué te interesaba retratar?

El amor como acto político, el amor es una forma de revolución, en el cine lo inventó la Nouvelle vague y Garrel lleva rodando así toda su vida. En Europa la pareja es una idea, o un concepto más que una pareja en términos palpables. La idea de construir desde lo íntimo para llegar a un diálogo más amplio, el nosotros, como colectivo y como generación. Las tres voces en off repartidas en el metraje, alternan un diálogo entre el tú y yo con el nosotros. Lo pensamos mucho como una parte muy fuerte de este discurso político. Una amiga me dijo hace poco: Europa está hecha contra el espectador, en el sentido de que solo has pensado en la obra como tal, y no en su recepción. Tiene razón, cuando pienso una película me dejo llevar para que encuentre su identidad. Adolfo Arrieta dice que al final no es lo que tú quieres, si no lo que la película quiere. Pero por primera vez también pensé en que este principio irrenunciable debía partir de la experiencia más próxima que habían tenido mis amigos y amigas, de la gente que quiero y de nuestras familias. ¿Generación a la deriva? No podría estar más en contra de esta consiga. Mira a Julie atravesando la montaña a contracorriente del resto. Ella tiene muy claro que sabe por donde tiene que ir, su propio camino aunque esté desorientada. Todavía no hemos tenido la oportunidad de llegar donde queremos pero sabemos dónde queremos llegar y no estamos perdidos en un limbo, ni mucho menos perdemos el tiempo con lo que hacemos.

Los protagonistas buscan una rave para celebrar el fin de siglo, ¿son estas fiestas ilegales la metáfora de la juventud actual?

"El amor como acto político, el amor es una forma de revolución, en el cine lo inventó la Nouvelle Vague y Garrel lleva rodando así toda su vida. En 'Europa' la pareja es una idea, o un concepto más que una pareja en términos palpables"

En la película la rave es una meta: llegar a la fiesta en la cima de la montaña. Se parece un poco a La delgada línea roja. Es una conquista inútil porque además nadie sabe dónde está la rave, los personajes tienen serios problemas de comunicación, hablan idiomas muy diferentes. De ahí que sus respuestas parezcan descontextualizadas. Aun así creo que hacen un esfuerzo por comunicarse y entenderse. Volviendo a la rave, quizás la han convocado y ni siquiera existe. Luis y yo hablábamos de esta hipótesis durante el proceso de escritura. Lo que creo que está claro en Europa es que todos los personajes quieren llegar a la fiesta, aunque no sepan dónde está, ni cómo hacerlo. Esta metáfora a la que te refieres, y que nos lleva a la pregunta anterior, podría definir un poco el estado de cómo nos sentimos, fuera de lugar o expulsados: “Oye bien, lo que está pasando, mi gente ya está de fiesta y lo estamos celebrando”… 

Además, la música de Jonay Armas tiene una gran importancia, ¿cómo trabajaste con el compositor?

Jonay leyó la primera versión en 2015 pero su intervención real en la película se produjo a finales de 2016, un año y medio después, en pleno diseño de sonido. Jonay es una persona muy importante en mi vida, así que primero me acompañó y vivió como un amigo todo el proceso largo de preproducción y las dificultades que atravesé hasta conseguir rodar. Un día nos tomamos un café, al lado de mi casa, no se me olvidará porque le pedí que hiciese la música con mucho miedo por parte de los dos. Él lo cuenta mejor porque se hizo un diccionario con palabras que para mí significan una sensación concreta y poder tener una guía. También fue un reto, es la primera vez que compone música electrónica y no solo el resultado ha sido brillante, eleva la película porque, como él dice, la música comenta las secuencias. Y en una película llena de información a través del color, del sonido…En definitiva, una película de texturas como es Europa, la banda sonora pone en relación conceptos, ideas, y asociada sensaciones.

Creas a partir de imágenes oníricas, casi con ensoñaciones, ¿qué referentes visuales manejaste?

"La otra gran referencia viene de la música electrónica: el concepto de sesión, de 'loop' y de continuidad. El sonido está trabajado como una sesión sin un solo corte o elipsis"

Los amantes de Magritte, en el cuadro dos rostros se besan pero son incapaces de verse el uno al otro porque están tapados con una sábana. Es una imagen muy física, el encuentro de dos cuerpos. Extraje esta conclusión de una de las secuencias más hermosas que he visto en mi vida. En Los abrazos rotos ocurre un procedimiento parecido, en el sentido de cómo Almodóvar relaciona el cuadro de Magritte en la secuencia de Penélope Cruz entre las sábanas con José Luis Gómez, aunque los significados sean diferentes en mi película y en la suya. Me conmueve esta pintura, cuando estás enamorado de alguien no veas a la otra persona como es realmente. Julie y Alex entran en contacto desde la primera secuencia pero no se ven, incluso en la oscuridad se tocan y son incapaces de llegar el uno al otro. La otra gran referencia viene de la música electrónica: el concepto de sesión, de loop y de continuidad. El sonido está trabajado como una sesión sin un solo corte o elipsis. En las sesiones de techno rara es la ocasión donde el Dj establece una parada, y si la hay es para introducir un cambio radical en su propia sesión, en Europa lo hemos respetado al máximo. Por eso tienes la sensación de navegar a través de un sueño, por su continuidad. Europa maneja esta estética del techno que Jonay Armas y Daniel Rincón (diseñador de sonido) trabajaron cuidadosamente para llegar a esta dimensión que propone el film: repetición-variación, repetición-cambio.

Tu película arranca en el siglo XXI pero nos traslada a finales del anterior siglo, ¿cómo planteaste este juego temporal?

Desde el principio tuve claro que en la película dialogan dos siglos para preguntarnos si hemos cambiado, si ha cambiado algo cuando el siglo XXI cumple su mayoría de edad. Han pasado dieciocho años, la narración confunde presente, pasado y futuro en su estructura. ¿Qué es lo importante? Lo importante de Europa es que cuestiona la identidad. Hace un año podría ser una película que mira hacia el futuro, y ahora, al encontrarnos en el mismo año de la ficción, la vuelve más ambigua. El cine tiene el poder de volver ambiguo todo lo que toca. 

¿Qué directores te han influido para tu ópera prima?

Antonioni y Rosselini, su pensamiento. Son directores del espacio y la arquitectura, este gesto va desde lo íntimo para conquistar lo monumental, la Historia. Pienso en Mónica Vitti recorriendo las calles, o en Europa 51. Incluso en el Suwa de Un couple parfait. El hombre y la mujer dentro de un espacio que al mismo tiempo reivindica el cine clásico pero lo saca del estudio, de su estado de confort para actualizarlo. Quería hacer una película que mantuviese este gesto monumental, hija de su tiempo, e historizar el relato moderno a través de lo estrictamente cinematográfico con imágenes y sonidos en busca de un estilo. Entonces tuve claro que no podía hacer una película sobre espacios reconocibles. Europa es una ausencia, una idea, no un lugar. El cine no puede habitar el mundo de la misma manera que en aquel momento lo hicieron Rossellini y Antonioni por mucho que nuestro deseo sea el de sustituir al mundo por una mirada que lo ponga en armonía con nuestros propios deseos. ¿Qué es un rostro? Basta con ver Stray Dogs de Tsai Ming-liang, tuve una revelación respecto a esto mismo en el Cine Doré cuando asistí al pase con Jonay Armas hace tres años. Dos rostros de una pareja en un plano sostenido de veinte cincos minutos, en la casa abandonada del final. El cine está cambiando nuestra relación, y el mundo ya no es un lugar habitable. Por eso en la película no hay un espacio reconocible, al final los personajes se encuentran con las propias ruinas de sus vidas. Pensé también en Alemania Año Cero. En el principio de construcción, el cine principalmente construye, y para mí es necesario salir a la calle como lo hicieron estos cineastas y buscar Europa de nuevo -asumiendo otros planteamientos estéticos-.

Ahora que has entrado en el circuito de festivales, ¿cómo ves la salud del cine español menos comercial?

Valoro mucho este circuito porque le ha dado visibilidad a la película aunque tengo que matizar que no pienso el cine de una manera exclusivista para los festivales. Mi educación viene de los videoclubs, la televisión y las salas comerciales. Por lo tanto, vivo el cine como una manifestación más de la cultura popular. Quiero que la gente joven, que estudia en las universidades y son los que están generando un nuevo pensamiento libre y con energía, vean Europa. Sé que se hacen películas españolas interesantes pero apenas vi algunas porque a los festivales asisto para trabajar y mi tiempo es limitado. Te mentiría si te dijese que el cine español me interesa, salvo raras excepciones, o cineastas contemporáneos que me han influido directamente como Albert Serra y Pedro Almodóvar.

Cuéntanos un poco sobre tu trayectoria...

Como dijo una vez un crítico: ¡No se cumplen años, se cumplen películas! Soy joven y siento que mi primera película, aunque he rodado un par de cortometrajes previos, ha sido Europa. “Pongo mi corazón en el futuro. / Y espero, nada más”.

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