5 fotosEl erotismo en el arteUna selección de imágenes recogidas en el libro The Art of the Erotic (Phaidon)Ángela Molina13 nov 2017 - 17:15CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceKatsushika Hokusai, “Los pulpos y la buceadora” o “El sueño de la esposa del pescador” (1814). Perteneciente al género de los ukiyo-e, el dibujo de Hokusai representa a la joven buceadora Ama entrelazada sexualmente a dos pulpos, uno es el coach y el otro el aprendiz, el pequeñín que le besa tiernamente en los labios y acaricia sus pezones. Rodin y Picasso realizaron sus particulares versiones de esta maravilla sintoísta.George Grosz, “Escena erótica” (1927). Esta acuarela encontró su fuente de inspiración en uno de los centenares de burdeles del barrio berlinés de Alexandreplatz adonde Grosz solía acudir como voyeur para contemplar todo tipo de encuentros sexuales. En la imagen, dos mujeres de apariencia voluptuosa parecen vivir experiencias placenteras al margen de los proxenetas. El pintor concede a la escena una ternura poco habitual en sus óleos satíricos y apocalípticos.Paul Klee, “Amantes” (1920). La escena describe el encuentro de un hombre arrodillado ante su amante, que levanta un brazo y lo envuelve con el otro. Las dos figuras semiabstractas están interpenetradas por las bandas de color. Klee evita el voyeurismo clásico y en su lugar transmite el sentimiento invisible de la pasión. El año en que pintó este cuadro, Klee escribió: “El arte no reproduce lo que es visible, sino que hace que las cosas sean visibles”.Francis Bacon, “Dos figuras” (1953). Parece una versión masculina del óleo de Courbet “Sleepers” (1886) pero en este caso la ternura ha quedado atrás. El pintor irlandés describe la tensión sexual entre el eros y la agresión. La pintura se expuso pocos años antes de la parcial legalización de la homosexualidad en Inglaterra. en la sala Hannover de Londres. La galerista Erica Brausen colgó el cuadro en un lugar marginal del piso superior por miedo a que la policía la confiscara. A pesar de que Bacon contribuyó decisivamente a la visibilización del homoerotismo masculino en el arte, él mismo se refería a su orientación sexual como su “defecto”.Nobuyosi Araki, “La mirada de Erotos” (1993). Más conocido por sus fotografías de mujeres bondage -al estilo kinbaku, el arte japonés de la atadura erótica del siglo XVI, tan denostado por las feministas), esta imagen tiene más que ver con las flores de aire extraño y decadente (pistilos y estambres como genitales) representativo de la adolescencia que brilla lozana y después se marchita. El ojo de la mujer que mira de lado, hacia abajo, tiene un cualidad surreal, es un orificio almendrado tocado levemente por un mechón oscuro.