El abuelo de la silla
Le veo cada tarde camino del colegio con un taburete plegable al hombro. No puede permanecer mucho tiempo de pie y por donde sale su nieto no hay lugar donde sentarse. Abuelos y abuelas del siglo XXI, que habéis tenido una vida más dura que la nuestra y sacrificáis vuestro merecido descanso por amor a vuestros descendientes, que Dios os bendiga.— Alberto Asensi. Algemesí (Valencia).
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