Un cocodrilo se comió a Anne Cameron junto a su asilo
Una mujer de 79 años ha sido devorada por un reptil de agua salada en la costa de Australia
Anne Cameron, una mujer de 79 años que padecía demencia, fue devorada por un cocodrilo de agua salada cuando se alejó paseando del asilo en el que residía en Port Douglas, en la costa noreste de Australia. El hallazgo este martes de restos humanos dentro de un enorme reptil de estuario (de 4,5 metros) ha confirmado los peores temores que se levantaron hace una semana, cuando el bastón y la ropa de la septuagenaria fueron encontrados en unos manglares junto al río Mowbray.
El rastro de Anne Cameron se perdió hace hoy una semana, el pasado 10 de octubre, mientras daba un paseo por las inmediaciones del asilo en el que estaba internada. Nada se supo de ella hasta que funcionarios dedicados al cuidado de la fauna salvaje decidieron retirar de un arroyo que desemboca en el río Mowbray un gran cocodrilo de estuario que estaba acercándose demasiado a zonas pobladas y que tenía un comportamiento atrabiliario
En unos matorrales los agentes encontraron el bastón que solía utilizar la mujer y parte de sus ropas. "Tenemos la profunda sospecha de que se ha producido un ataque de cocodrilo a la vista del hallazgo de estos elementos y de lo que parecen restos humanos", declaró entonces Ed Lukin, inspector jefe de la policía de Queensland, a la agencia France Presse.
Ahora se ha confirmado que dentro del animal hay restos humanos recientes. "El cocodrilo de estuario que se creía responsable del ataque a Anne Cameron ha sido examinado por especialistas en Cairns, que han encontrado en su interior restos humanos. No hay otras personas desaparecidas en esta área, así que es ella", ha confirmado la policía de Queensland este mismo martes.
Las personas a cargo de la mujer siguen sin saber cómo la mujer pudo alejarse hasta llegar al arroyo junto al que fueron localizados su bastón y ropas. Incluso no descartan que llegara a desnudarse para darse un baño, a despecho de la presencia de los saurios de agua salada, tan característicos del continente australiano.
Estos animales han proliferado en toda Australia desde que en 1970 fueron incluidos en el catálogo de especies protegidas. La muerte de Cameron ha reavivado la polémica para ejercer un control sobre la población de cocodrilos. Pero la familia de la fallecida no quiere entrar en esa cuestión. "Los cocodrilos no tienen la culpa de ser cocodrilos ni de actuar como cocodrilos", ha dicho Craig Egginns, hijo de la fallecida al diario local Cairns Post.
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