Los cuidadores de la isla de los perros

Cuando Muneer amarra su barca en la costa de la isla de los perros, en Pakistán, una docena de canes lo recibe, agitados. Él es uno de los pescadores que les cuida, les da agua y alimento, en la isla Bundal, un territorio que está deshabitado y donde la comida y el agua dulce escasean. En un bote, les ofrece pescado y los animales se amontonan sobre la arena húmeda de la isla para comer.

“Cuido a estos perros porque no tienen a otra persona que los proteja”, explica Muneer en un vídeo publicado por la BBC. En la isla, lo único que hay es arena, agua salada y algo de vegetación, y los animales no pueden valerse de sus medios para sobrevivir. “Me gusta dar de comer a los perros porque sé que Dios me recompensará. Si yo los alimento a ellos, Dios me alimentará a mí”, asegura Muneer. Muhammad, otro de los pescadores que cuida de estos canes, cree que “es el deber de todos los musulmanes proteger a los animales” y apunta que “solo las personas sin compasión no los ayudarían”.

Justo enfrente, en Karachi, la capital financiera de Pakistán, miles de perros callejeros están desamparados. La mayoría de los 20 millones de habitantes de esa ciudad cree que esos animales son sucios y es común que las autoridades lleven adelante campañas para envenenar a los perros y controlar su población. En 2016, al menos 700 canes fueron asesinados de ese modo.

Nadie sabe con certeza cómo llegaron estos animales a la isla de los perros, pero están allí desde hace décadas, sostiene el vídeo de la BBC. Algunos dicen que los canes fueron abandonados por antiguos marineros; otros creen que las autoridades los dejaron allí, a su suerte.

En la isla, hubo planes para desarrollar un complejo inmobiliario que fueron frenados por la preocupación de los ambientalistas y las disputas sobre la propiedad de esas tierras, afirma la BBC.