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Tentaciones
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Marem Ladson, la estrella del pop que no necesita un disco para demostrarlo

Tras ganar el concurso de bandas emergentes del Dcode, la artista toca hoy en el festival madrileño antes de entrar a grabar el que será su primer álbum

Elisa Sánchez Fernández

“Esta chica tiene proyección”, nos advierten cuando llegamos al recinto del Dcode para conocer a Marem Ladson. La artista, mitad americana mitad gallega, ha ganado el concurso de bandas emergentes del festival y esta tarde estará defendiendo sus canciones -cortes delicados e intimistas, próximos al pop folk y ajenos a las tendencias- en Madrid. Encogiéndose de hombros y siempre sonriente, a pesar de que las anginas le han dado una mala semana, Marem tampoco es capaz de explicarnos cómo ha sucedido todo esto. Es cierto, solo tiene un tema publicado, All my storms, pero también una gira a sus espaldas como telonera de Dirty Ray o Alondra Bentley, y tantos conciertos confirmados que le impiden meterse en el estudio a grabar el que será su primer largo.

Confiesa que se presentó al concurso de casualidad -lo vio por Instagram e intentó probar suerte aunque la dinámica de rogar votos le daba un poco de pereza-, pero el interés que despierta esta chica de 19 años no es cosa del azar. Sus padres le regalaron una guitarra de juguete cuando solo tenía nueve y su primera canción la compuso en sexto de primaria. “En el cole me hacían bullying y, aunque ahora suena anecdótico porque luego todas nos hicimos amigas, mi primer tema trataba sobre eso”, recuerda Ladson. ¿Una canción de superación personal o de venganza al estilo diva del pop? “No, no era como la de Taylor Swift”, bromea, “trataba sobre la falsedad, la soledad y esas cosas que ahora son tonterías, pero que de niños no nos lo parecen”.

Elisa Sánchez Fernández

Ahora, con una guitarra de verdad que compró con sus ahorros, Marem le pone ritmo a esas canciones que precisamente nacen de su día a día. “Me inspiran las relaciones personales, tanto amistosas, familiares, amorosas… Y las cosas cotidianas. Suelo empezar con la letra y luego compongo la música”. Reconoce que en su sonido han influido “clásicos como Bob Dylan”, pero el hilo musical con el que crece incluye géneros como el rap, hip hop o r&b. Su lema es hacer todo de forma natural. “No me paro a pensar: ‘voy a hacer esto que se vende más”, explica la artista mientras nos aclara, entre risas, que no escucharemos nada de autotune en su futuro álbum.

De momento All my storms es su carta de presentación. “Es una canción que escribí con quince años en Estados Unidos, ya que en aquel momento vivía en Houston. Va sobre un chico que quiero olvidar, pero al mismo tiempo no puedo del todo. Y sobre la humillación, por decirlo de alguna forma, de que todo el mundo sepa que me gusta ese chico y que ese chico a mí no me quiera”. Pero la temática amorosa no será el hilo conductor del disco: “Habrá canciones sobre experiencias familiares, decepciones, y sobre todo, de descubrimiento personal. Cubren un rango de tiempo muy amplio, desde la primera que escribí con catorce años hasta la última que hice con diecinueve”.

Elisa Sánchez Fernández

Marem, que este año empieza tercero de Relaciones Internacionales en Madrid, no duda a la hora de defender la música como un soporte de denuncia político o social. “Pero tiene que salir de forma natural. Yo siempre voy por donde me lleva mi inspiración y por mucho que yo quiera denunciar lo mal que está la sociedad, si no me sale artísticamente, tampoco lo voy a forzar”. Tampoco vacila a la hora de reivindicar el papel de la mujer “en la música y en todas partes”.

En cuestión de horas saldrá con su banda al escenario. Todavía no está nerviosa pero ya sabe que irá vestida con un conjunto de Herida de Gato. En la moda ha encontrado una vía para crear su personaje y superar el miedo y la timidez escénica. “Al principio me suponía una contradicción interna. Tenía un puñado de canciones que no compartía nadie, sentía esa frustración de decir: quiero, pero no me atrevo. Cuando se me presentó la oportunidad de firmar un contrato más serio, me dije: ‘Da igual. Lo voy a pasar mal las primeras veces, pero sé que luego me va a gustar”. Esa misma contradicción refleja su música, suena delicada pero tiene fuerza, no es nueva pero resulta tan cautivadora como nos advirtieron. Esta chica tiene proyección.

Elisa Sánchez Fernández

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