13 fotosBoxeo infantil en La Habana, pasión entre ruinasUn grupo de menores de Cuba entrena con dedicación este deporte visto como una salida laboral a pesar de la prohibición del profesionalismo en la islaÁlvaro FuenteLa Habana - 27 jul 2017 - 07:57CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl barrio de Centro Habana es uno de los más pintorescos, densamente poblados y deteriorados de la capital cubana con edificios coloniales ya inhabitables y en continuo peligro de derrumbe.ÁLVARO FUENTEEn el solar de un antiguo edificio colonial derruido se encuentra el club de boxeo infantil, justo detrás del capitolio habanero. Está ubicado en este lugar desde hace tres años, cuando se derrumbó su antiguo local.ÁLVARO FUENTEUna veintena de niños entre 9 y 16 años entrenan desde la salida de la escuela hasta bien entrada la noche. Hay ocasiones en que las madres tienen que ir a buscarlos “y sin las tareas escolares hechas”, comenta una de ellas.ÁLVARO FUENTEEl preparador voluntario Daniel Casanova da instrucciones antes de comenzar el entrenamiento.ÁLVARO FUENTEEl sueño de convertirse en boxeadores engancha cada día más a los entusiasmados niños. En La Habana, numerosos espacios abren sus puertas para que los más pequeños puedan desarrollar sus habilidades en este deporte. ÁLVARO FUENTE“Esta humilde e improvisada fábrica de boxeadores trabaja las ilusiones de los pequeños en medio de golpes y disciplina", dice Casanova. Algunos de los jóvenes boxeadores reconoce en voz baja que sueñan en que el boxeo les pueda aportar la oportunidad de una mejor vida, de poder escapar de la isla y cumplir los sueños que en Cuba parecen imposibles.ÁLVARO FUENTELa falta de material deportivo dificulta las sesiones de entrenamiento, pero los jóvenes avanzan porque cuentan con el interés de los profesores, el apoyo de los padres y algún turista que se deja caer por el solar.ÁLVARO FUENTEEl Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) prohíbe a los profesores aceptar donativos de extranjeros. "Nosotros decimos a los que ofrecen aportaciones que si quieren lo pueden poner encima del ring después del entrenamiento, y ahí los muchachos cogen las cosas y se las reparten. Normalmente el dinero lo invierten en equipación para el gimnasio", cuenta el preparador voluntario José Gómez Mustelier, que fue campeón olímpico y mundial amateur.ÁLVARO FUENTECésar de 14 años, reconoce que fue su padre quien le convenció para boxear y asiste al gimnasio desde los ocho. Su máxima ilusión es poder llegar a representar a Cuba en unas olimpiadas.ÁLVARO FUENTEDisami Suárez hace guantes con Casanova en un rincón del solar. Su sueño es ser algún día "un gran boxeador y recorrer mundo”. Sus familias les apoyan. Tener un deportista de élite en casa “es una bendición y un número de lotería”, asegura Yurisei, su madre.Álvaro FuenteEl solar convertido en gimnasio se llena con padres y familiares cada viernes cuando se celebran combates entre los alumnos. Es cuando se demuestra la pasión que existe en Cuba por este deporte.Álvaro Fuente“Por desgracia, cuando los niños crecen y se convierten en adolescentes la necesidad se hace acuciante: se dedican a buscarse la vida de la calle y abandonan el boxeo”, asegura Casanova.Álvaro FuenteEl boxeo en Cuba es deporte nacional sólo detrás del béisbol. Los preparadores no sólo se esmeran en enseñar esta disciplina como ejercicio, sino también buscan fomentar el respeto hacia el adversario.Álvaro Fuente