6 fotosFotógrafos con (sexo) sentido: el erotismo en casaBuscar la sensualidad artística del cuerpo dentro del calor del hogar. Es lo que trabajan estos creadores de prestigio internacionalXavi Sancho14 jul 2017 - 08:00CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn la cocina. El alemán Bob Sala es más que un fotógrafo: es un retratista con alma de 'barman'. Un psicólogo con cámara. “En todas mis imágenes, lo que más me importa no es la misma imagen, sino el día que paso junto a la modelo, la situación, el ambiente, la mezcla de nuestras personalidades”, informa. En esta ocasión, con quien se fusionó fue con Sara, una fotógrafa sueca radicada en Berlín. “Nos conocimos un día de verano y nació una amistad creativa”, recuerda Bob. De esa intimidad nació una serie de retratos a la que pertenece esta imagen casi confesional, que, como lo más grande en la vida, se define a través de las preguntas que propone, no de las respuestas que impone: “¿Cómo puedo mejorar cuando escucho a otro ser humano hablar? ¿Qué tipo de relación puedo establecer en unos pocos momentos, en unas pocas horas? Al final se trata de subirse a la misma ola y cabalgar juntos hasta llegar a la orilla”, sentencia el fotógrafo.En la piscina de casa. Va a ser complicado alejarse de la década de los setenta, una época que, al menos en lo concerniente a las cosas de la carne, el erotismo y la fotografía, parece haber taponado todas las vías de inspiración de los retratistas actuales. Aaron Feaver, el responsable de esta imagen, es un fotógrafo nacido en Carolina del Norte en 1978. Antes de ser mayor de edad vivió en media docena de países –entre ellos, Camerún–, pero nada le marcó tanto como Oregón (EE UU), lugar en el que aprendió a disfrutar de dos de las cosas más bellas de la vida: la cerveza y la lluvia. Harto de la segunda –que es bella, pero puede llegar a cansar–, se mudó a Los Ángeles. Quería diseñar páginas web. Un día se topó con una vieja cámara Polaroid en una tienda de Venice Beach y allí empezó su carrera como fotógrafo. Ha publicado en 'Vogue Paris', 'Nylon' o 'Complex'. El verano pasado, haciendo el tonto junto a la modelo Farah Holt en el patio trasero de su casa, sacó esta imagen. “Es una foto setentera con un aire a tarde lenta de verano”, explica el autor de su obra. Para los que observan estas imágenes con inocente vocación antropológica, es interesante denotar la lata de cerveza Simpler Times que se puede ver en la parte derecha de la foto y cuyo diseño nos recuerda que, no sólo en el erotismo más o menos 'underground' reinan los setenta, sino también en el diseño de botes de cerveza para marcas artesanales.En la caravana. “Diría que lo que mejor se me da es conectar con la persona que hay al otro lado de la cámara y con los que trabajan a mi alrededor. Me gusta mantener el 'set' vivo y asegurarme de que todos nos lo pasamos bien”. Claire Rothstein es una fotógrafa de “treinta y pico” que vive en Londres junto a su novio, que es director de cine y también fotógrafo, su hija Stevie y sus dos gatos. Es la responsable de esta foto, tomada un día en el que todo lo que ha dicho Claire sobre hacer que la gente se divierta para que los resultados estén a la altura del espíritu fue llevado hasta el último extremo. “Sacamos esta foto en el Joshua Tree (legendario desierto californiano). La modelo es Ashley Smith, una gran maniquí que, a partir de aquel día, se ha convertido también en una gran amiga. Eso sí, no recuerdo mucho más. El tema es que hacía mucho frío por la noche en ese desierto y Ashley y yo descubrimos que compartimos una pasión: el tequila. Así que, cuando el sol empezó a ponerse, decidimos darle al tequila para combatir el frío. Las últimas fotos de esta sesión están totalmente desenfocadas y en casi todas parece que Ashley se ha quedado dormida”, recuerda esta fotógrafa que trabaja para 'ES Magazine' o 'L’Officiel'.En la ducha. Hay algo deliciosamente tramposo en esta imagen. A primera vista, se trata de una foto de extrema naturalidad, sin apenas recursos artificiosos en la luz o el encuadre y con una chica cuya principal vocación no parece ser sugerir ningún tipo de erotismo, sino, simplemente, asearse con dedicación. Pero es tramposa porque nadie se ducha con las bragas puestas, a no ser que esté en un campamento unisex. La imagen pertenece a una serie en la que se buscó documentar momentos cotidianos del proceso de ducha, que si lo lleva a cabo una chica como esta y lo documenta un fotógrafo como el italiano Joseph Del Duca, llegan cargados de calidez y erotismo, pero que si los protagonizamos y/o retratamos el resto de mortales pueden moverse entre la comedia y el horror. “Quería mantener cierta simplicidad y cierta espontaneidad y a la vez introducir en la imagen un elemento de censura, dejando a la chica con las bragas puestas”, recuerda Del Duca. Luego, al subirse a Instagram, se aplicó una segunda capa de pudor, cubriendo, claro, el pezón y medio que puede avistarse aquí. “Creo que ha llegado el momento de modificar las reglas de Instagram. Es ridículo que un inocente pezón en el marco de una obra creativa pueda ser retirado por la denuncia de un anónimo. Me fastidia que alguien pueda juzgar y censurar mi trabajo simplemente porque no coincide con su ideología”, sentencia Del DucaEn el 'loft'. Irene Noren y Don Lim son dos de los nombres más en boga de esta escena que gravita entre la fotografía erótica contemporánea, Instagram y las revistas digitales alternativas. Él, fotógrafo, fundó hace cinco años Raw & Instant, un proyecto alrededor de la foto analógica de chicas. Recientemente se ha unido al colectivo creativo Love Sick LA. Esta imagen pertenece a una de las sesiones para el proyecto que el fotógrafo llevó a cabo junto a la modelo española Irene Noren. Fue en Los Ángeles. "La fotografía instantánea creo que vive un renacimiento. Ha sido un acierto dedicarme a ella”, apunta el artista. Por su parte, Irene, que tiene 23 años y vive en Barcelona, recuerda de la sesión en que fue sacada esta imagen la magia que encontró en disparar absolutamente todo con Polaroid, firma que dejó de fabricar película para sus cámaras instantáneas cuando ella aún estaba en primaria. “Recuerdo cuando abrí la primera foto… ¡Fue muy divertido! Me encantaría volver a L.A. y trabajar de nuevo con Don”.En el dormitorio. Ilya Kovrikov es un diseñador y fotógrafo de vida itinerante. En la actualidad reside en la ciudad de San Petesburgo, pero se va mudando regularmente de una a otra urbe de su Rusia natal. “Empecé con esto de la fotografía hace poco. Pensé que me serviría para viajar más, conocer gente interesante y darle un punto emocionante a mi vida”, comenta el artista. Su sistema de trabajo es bastante sencillo. Se mueve por su país retratando a modelos no profesionales en sus apartamentos. Pasan la tarde juntos, beben un poco de vino y sacan unas fotos cuya principal virtud es el modo en que muestran el vínculo creado entre artista y modelo. “Me gusta la gente creativa y me gusta pasar tiempo junto a esas personas. Para mí, lo ideal es que la chica que retrato no haya tenido antes experiencia como modelo”, apunta Ilya, quien retrata a las chicas como lo haría su pareja, si su pareja supiera sacar fotos, claro.