Hablamos con Brisa Fenoy, una artista hecha a medida para la generación ‘trap’
Bebe de artistas como Calle 13, Skrillex o Lana del Rey y cuida su estética tanto como su música. Su canción ‘Ella’ ya recopila 37 mil visualizaciones en Youtube y voló directa a la lista viral de Spotify
Brisa Fenoy lleva gafas de sol pero mira fijamente a cámara, desafiante, porque tiene un mensaje: quédate con mi nombre. Acaba de despegar con su sencillo, Ella, una canción que habla del amor y de las despedidas pero, sobre todo, de la defensa de la igualdad. La definen como un pellizco de aire fresco para la escena musical española. Con un estilo que bebe de Calle 13, Skrillex o Lana del Rey; Brisa Fenoy viene pisando fuerte.
Cualquiera diría que detrás de esa mujer con ojos de reto, se esconde una voz dulce con unos tintineos de emoción más que evidentes cuando coge el teléfono. Su camino en la música no empieza ahora. Su primer coqueteo con un pentagrama fue con seis años en clases particulares y de ahí al conservatorio, donde aprendió a tocar el piano. Tenía doce cuando compuso su primera canción que hablaba, cómo no, de amor. Del corazón roto surgió la necesidad de desahogarse componiendo. A pesar de la sacudida del tiempo, todavía se le rescata en la voz cuando habla de su música una tierna emoción, y es que con el despegue de su carrera musical, Brisa ha podido completar parte de su crucigrama vital. “Me he dado cuenta de que todas mis decisiones, como la de ir al conservatorio -que en su momento quizás no me apetecía- han surtido efecto, todo ha servido para algo. Ahora mismo, pase lo que pase, incluso si me muero mañana, siento que he hecho lo correcto”.
En sus redes sociales se presenta con el lema: “el mundo es mi problema, componer mi terapia y cantártelo mi solución”. Brisa, como artista, compone desde el corazón. Como mujer, se atrinchera en la lucha contra las desigualdades sociales. Quiere cambiar las cosas, darle una vuelta de tuerca al mundo y mandar un mensaje a los jóvenes con sus canciones. Cree a pies juntillas que a partir de sus letras, se pueden mover ideologías y pensamientos. Entre las cosas que más le preocupan están las injusticias que desajustan la sociedad y el papel que juega la mujer en ella, temas que trata en sus composiciones. Abandera la idea de la identidad personal y que cada uno sea como quiera ser, así como la cooperación frente a la competición. “Quiero ser una artista que no incite a participar en la manipulación a la que estamos sometidos continuamente”, dice.
Tiene en la recámara un disco, pero de ese conjunto de canciones, de momento sólo ha enseñado Ella, un sencillo que ya recopila 37 mil visualizaciones en Youtube (sólo en las primeras horas ya sumó 3000) y voló directo a la lista viral de Spotify, colocándose en el puesto 15. Todavía no hay fecha de salida de su primer disco, pero sí ha dado algunas pinceladas, como la canción Ahora, que todavía no se ha mostrado al público pero que habla de la importancia de vivir el momento. Eligió Ella como carta de presentación porque “cuando escribo una canción hago sondeos entre mis amigos, mi familia, etc. Resultaba ser la favorita de todos, sin importar edades o demás diferencias era siempre la preferida”, dice.
Se la conoce como “la modelo que quiere ser cantante”. De ahí, de su profesión paralela como modelo, nace el gusto por lo estético, algo que queda totalmente plasmado en el videoclip de Ella. Es precisamente ahí donde se ven sus estilismos, escogidos uno a uno concienzudamente, y que combinan la ropa deportiva, las capuchas, las gafas de sol y los pañuelos. Ahí están también las medias de rejilla, una corona de la Virgen, mordazas y piernas de Barbie; todos ellos símbolo de las cadenas que impiden a las mujeres ser ellas mismas. La mujer es, por lo tanto, pieza sagrada de su música. Ante la pregunta de qué piensa de aquellos que apoyan la idea de que el fenimismo actual es simplemente una moda, contesta: “es una excusa que toman. Hay gente que no quiere eso, no les conviene que exista esa lucha así que buscan desprestigiarlo. De todas formas yo busco que exista la igualdad, y con igualdad me refiero a entre hombres y mujeres, entre lesbianas o bisexuales; me da igual. Defiendo que todos somos iguales”.
“Yo busco que exista la igualdad, y con igualdad me refiero a entre hombres y mujeres, entre lesbianas o bisexuales; me da igual. Defiendo que todos somos iguales”
Cada artista se diferencia y tiene su singularidad. Yo creo que aportaré cosas que otros no puedan, igual que otros aportarán cosas que yo no pueda. Cada uno cubre un vacío que al menos una persona apreciará, dice. Su aportación y su apuesta está en un estilo musical que tiene una mezcla de flamenco, música árabe y electrónica. Fruto, por supuesto, de influencias de las que se inspira como Lana del Rey o Calle 13 y de una producción prácticamente propia, y es que aunque Brisa aprendió a lomos de un piano clásico, con apenas 20 años ya se había montado su pequeño estudio donde aprendió a producir su música.
Brisa se siente cómoda fuera de los renglones, de la norma y de lo establecido. Muestra de ello es el videoclip de Ella, donde buscó, dice en su canal de Youtube, ejemplificar en su canción a distintas “ellas”: “la chica sumisa, la mujer objeto, la Barbie que todas somos alguna vez, en lugar de escoger ser nosotras mismas”. Pero, ¿quién de todas es Brisa? “Pues quiero dar a entender que la última, la que se quita la máscara, pero porque anteriormente he sido todas ellas”, explica. Compuso la canción en un momento en el que estaba superando una ruptura, de ahí ese “podríamos habernos ayudado tanto, yo te daba mis alas para que volaras alto” que entona para iniciar la canción. Sin embargo, ahora que el tiempo ya ha hecho de bálsamo y perspectiva, ¿cambiaría algo de esa letra? “Pues sí. En lugar de preguntarme por qué la elegiste a ella, me diría a mí misma que tendría que haberme elegido a mí”.
Dice que su misión en la vida es mandar un mensaje con su música y transformar el dolor en canción. Lo que está claro es que Brisa Fenoy no entiende de jaulas sino de vuelos y Ella ha sido es la toma de pista para un gran despegue.
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