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El estado nigeriano de Cross Rivers aplica de forma laxa la ley para proteger a los menores abandonados en las calles de Calabar. Favor, de 11 años, perdió todo el dinero que había ganado vendiendo su mercancía y ese mismo día su madre la echó de casa después de darle un paliza.
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Solos y con un saco como colchón

Los menores abandonados en la ciudad nigeriana de Calabar vagabundean por las calles o ejercen la prostitución

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