Qué va a pasar con nosotros, los ciudadanos que vivimos en Cataluña que nos sentimos catalanes y españoles. Quién habla por nosotros, quién nos defiende. No soy independentista, pero quiero a Cataluña, es mi casa y la de mi familia, quiero seguir viviendo y trabajando aquí; pero quiero también ir a Orihuela, a Madrid, a Málaga sin fronteras, porque en esos lugares también está mi vida. Me alarmo con pocas cosas, pero ayer con las noticias del texto de la declaración unilateral de independencia me sentí indefensa. Es un texto antidemocrático y fuera de todo orden legal; y dejar de lado la legalidad traerá problemas muy graves. Los políticos deben actuar ya, de forma objetiva y honesta; tenemos mucho que perder.Marga Rocamora (Barcelona) FOTO: Josep Lago (AFP)Después de leer y releer el borrador de la ley de ruptura publicado en EL PAÍS, creo que en Cataluña hemos llegado a ese punto donde la realidad supera a la ficción. Su contenido derrocha arrogancia e intolerancia. Es antidemocrático, autoritario, amenazador, retrógrado e hipócrita. Del discurso “victimista” hemos pasado al discurso “opresor”. El primero, infantil; el segundo, intimidatorio. Todo parece valer para conseguir ese único objetivo. El problema es que las consecuencias pueden ser muy serias.Teresa Garzón (Barcelona) FOTO: Fernando Alvarado (EFE)Llegados a este punto me parece que lo más sensato es que el Congreso plantee un referéndum a los españoles con la siguiente pregunta: ¿cree usted que Cataluña debería seguir siendo una comunidad autónoma como la actual, o prefiere que se convierta en una región dependiente de Madrid y gobernada íntegramente por una delegación del Estado? Ya que el Parlament está dispuesto a violar la ley en perjuicio de los españoles, qué mejor manera de evitarlo que convocar un referéndum para legitimar su disolución.Alice Nasrawi (Madrid) FOTO: Albert Garcia (EL PAÍS)En muchas ocasiones basta que frases como “Yo les ponía un muro” o “Sacamos los tanques y se arregla todo” utilizadas por salvadores de la patria y solucionadores de problemas, se extiendan como la pólvora y sean compartidas con gente que está de acuerdo con medidas tan drásticas para servir de caldo de cultivo a la aparición de movimientos radicales, populistas y xenófobos donde los haya. Moderación y prudencia, por favor.Pablo Martínez (Albacete) FOTO: Massimiliano Minocri (EL PAÍS)Leyendo el plan independentista catalán uno se pregunta a quién se le ha podido ocurrir todo este panorama en el que se encierran demasiadas normativas que no parecen tener salida legal. Pero el hecho es que ahí están y nadie se inmuta. El presidente Rajoy dice lo mismo pero él es quien debe anunciar el plan para evitar un choque total que a nadie interesa. No se puede decir que todo es ilegal pues sabemos que las leyes se las saltan muchos, y de eso Rajoy sabe bastante. Por ello espero que no se llegue a un enfrentamiento policial que sería gravísimo para el futuro y en el que no solo culparemos a los catalanes.Cesar Moya (Madrid) FOTO: Massimiliano Minocri (EL PAÍS)Tengo doble nacionalidad (argentina y española) y sigo con profundo pesar estos acontecimientos donde parte de la población de Cataluña quiere escindirse de España. Doy vueltas y vueltas en mis pensamientos y no termino de estar seguro sobre quien está más cerca de la verdad y la justicia en este triste problema. Pero de una cosa sí estoy convencido: si alguien de la familia no se siente bien en casa y rechaza el afecto , la protección, la ayuda y la solidaridad que esta le brinda, tal vez lo más conveniente es dejarle ir y que siga su camino como mejor le plazca. No tiene sentido seguir juntos.Carlos Manuel Herrero (Argentina) FOTO: Albert Garcia (EL PAÍS)
