Hablamos con el ilustrador que dibuja todos los conciertos a los que va

"Preparé una carpeta con ilustraciones, llamé en frío a un montón de puertas y algunas se empezaron a abrir. Por suerte no ha habido vuelta atrás desde entonces". Óscar Giménez se describe a sí mismo como un 'ilustrador sin remedio'. Dice que al principio se resistió a aceptarlo, y es que durante años trabajó como traductor y profesor, pero finalmente, se rindió. A través de una de esas puertas llegó Sold Out: crónicas ilustradas de 50 conciertos irrepetibles, un trabajo realizado junto al periodista Txemi Terroso, en el que abordan la crítica musical de una forma que no sale en los libros de estilo, uno con palabras y el otro con dibujos evocadores y coloristas. Este jueves, 27 de abril, el diseñador inaugura su primera exposición en el espacio Monkey Garden de Madrid. 

Esta semana inauguras tu primera exposición. ¿Qué podremos ver en ella?

Estoy nervioso. No sé donde poner las expectativas así que cada día me recuerdo que solo debería dejarme llevar. He tardado mucho en hacer una exposición individual porque no tenía suficiente material que me gustara y tampoco encontraba a la gente apropiada que me ayudara a organizarla. Podréis ver una selección de mis ilustraciones musicales, imágenes que llevan acompañando crónicas de conciertos de los últimos 7 años, y algunos retratos inéditos de músicos que he hecho exclusivamente para la ocasión.

¿Cómo definirías tu trabajo?

Es una pregunta complicada. A veces es más fácil que otros te definan. Por un lado me considero un ilustrador de corte clásico porque me gustan las composiciones sencillas, con pocos elementos pero bien dispuestos y aprovechados y utilizar una limitada pero buena gama de colores. Lo digo porque una de mis grandes inspiraciones sigue siendo el cartelismo ilustrado sintético de los años 60 y 70. Por otro lado, estoy atento a las últimas tendencias, al tiempo en el que me ha tocado vivir, y aunque reniego de las tendencias sí que me dejo influenciar por ellas.

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¿En qué te inspiras a la hora de dibujar o qué buscas mostrar con tus obras?

Todo empieza con una idea, un fogonazo, una imagen mental que me atrapa y que necesito contar. Al final las ilustraciones hacen eso, contar historias. Yo busco hacerlo a mi manera, que es bastante instintiva y que nunca sé con certeza por dónde me va a llevar. La técnica siempre estará supeditada a ese proceso, así que muchas veces el resultado me sorprende. Dicho esto, el resultado final en cada caso estará al servicio del espectador y me encanta descubrir qué lectura dan a mis ilustraciones y qué sensaciones les despiertan.

¿Cómo complementan tus dibujos a una crónica tradicional?

Creo que la enriquecen por un lado y por otro, pueden incluso proporcionarle otra lectura. Las crónicas ilustradas fue un trabajo que hicimos desde el principio de forma muy sinérgica entre Txemi Terroso (autor de los textos) y yo. Sus relatos eran muy evocadores, alejados de las crónicas habituales, así que mi margen de expresión era siempre muy amplio. Finalmente buscábamos expresar, cada uno en su medio, qué nos había transmitido el concierto.

¿Qué es lo último que has hecho?

Lo último ha sido ilustrar una novela para Planeta de Libros. Ha sido todo un reto. Un estilo muy distinto al que hago habitualmente, tipo grabado, con muchos contrastes y solo en blanco y negro. Ha sido agotador pero también muy satisfactorio ver el resultado.

¿Cuál ha sido el mejor concierto de tu vida y cómo lo expresaste sobre el papel?

Esta sí que es una pregunta complicada. Hay conciertos que te emocionan por razones distintas pero, si tengo que elegir uno y del que además esté orgulloso de la ilustración que hice, elegiría el de Portishead. En la imagen final intenté transmitir la dualidad de una voz tan dulce y tan potente a la vez, de unas canciones tan melódicas y tan rotas, el desgarro y la alegría que transmiten en el mismo instante. Me centré en el rostro de Beth Gibbons, contrastado, con una rosa fría y azul sobre la boca y acompañándola, un fondo negro repleto de líneas quebradas entrecruzadas.

¿Hay algún dibujo que te haya costado especialmente?

Sí, más de uno. No sabría concretarte pero alguno he tenido que repetir o he tardado más de lo que esperaba. El problema es que la idea original normalmente la tengo clara pero el desarrollo es un misterio. Me dejo llevar y el final no siempre está claro. Algunas puedo terminarlas muy pronto pero otras se resisten y aunque el resultado no se ve intrincado, antes he tenido que descartar muchas cosas y dar tantos pasos adelante como atrás.

¿Qué te gustaría ilustrar?

Me encantaría ilustrar discos para gente que admiro, ahora o desde siempre, como The Cure, Queens of the Stone Age, Tame Impala o PJ Harvey, entre muchos otros. Y respecto a libros, sería muy divertido dibujar alguna novela de Palahniuk o un libro que siempre me ha fascinado, Ficciones, el libro de cuentos de Borges.

¿A qué otros ilustradores admiras?

A muchos. Por mencionarte algunos, James Jean, Ashley Wood, Tomer y Asaf Hanuka, David Aja, Bernie Fuchs y Bill Sienkiewicz.

¿Crees que estamos realmente viviendo la 'Era dorada de la ilustración'? 

Estamos viviendo una de las buenas épocas, que han sido varias. Estos "boom" de la ilustración son cíclicos y aunque sin duda hay que aprovecharlos, también hay que vivirlos con prudencia. Siempre es bueno que se reconozca nuestra labor, pero si no aquí unos meses parecen no acordarse de ti, no sufras, lo importante al final es que no te falte trabajo.

¿La ilustración está infravalorada?

La mayoría de ilustradores te responderá que sí y añadirá, "en nuestro país". Y por desgracia es cierto. También es verdad que cada vez se valora más el trabajo que hay detrás de esta profesión, pero aún parece que estés queriendo cobrar lo que algunos consideran un dineral por hacer simplemente dibujos. Y no es así. Hay mucho trabajo y dedicación tras la fachada y una situación laboral altamente fluctuante que valida cada euro que presupuestas.

¿El arte debe ser político?

No necesariamente. ¿Comprometido? Tampoco. Para mí tiene que ser al menos honesto y coherente. Tu trabajo es tu discurso. Si no es tuyo, si es adquirido, o solo es un continente, un envoltorio, el contenido no es sostendrá. Al menos así veo yo mi trabajo.

Muchas de tus obras son de bandas independientes, ¿Qué opinas de la escena actual y de la frase ‘la nueva derecha está robando el indie'?

Yo la escena indie la veo bien porque de entrada nunca va a desaparecer. Siempre va a a haber artistas que irán por su cuenta, que querrán contar sus historias a su manera y eso no hay quien lo pare. Además la línea entre lo que consideramos mainstream e indie se ha diluido bastante. La música se ha universalizado y se cuela en cualquier rincón en tiempo récord, antes de que te hayas levantado para ver qué se cuece de nuevo. El problema surge cuando quieres posicionarte, trazar una línea clara y desde tu barrera gritar "esto es indie y es mío". Ya no funciona así. Suéltalo, no te hagas mala sangre. Vivirás más feliz.