Simples mortales
Hace poco, viendo un programa de televisión me sorprendió oír a un invitado hablar con entusiasmo de la idea de alcanzar la inmortalidad en menos de 30 años. Imagínense cómo sería el mundo. El refrán “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” perdería su significado y pasaría a ser “no hagas nada hoy que ya tendrás tiempo de sobra”. Puede parecer gracioso, pero ¿avanzará la ciencia? Total... ya investigaremos más adelante. Imagínense tener que ir al trabajo de por vida, mantener eternas discusiones sobre cuestiones políticas sin llegar a ninguna conclusión o ver cómo tu equipo de fútbol gana por millonésima vez la Champions. Todo esto, por supuesto, si llevas una vida tranquila. Imagínense tener que vivir en condiciones precarias para siempre y ver cómo empezaste de becario y no puedes ascender porque siguen todos ahí machacándote a trabajar. Los momentos únicos pasarían a formar parte de la rutina. Por si fuera poco, un sentimiento negativo dura unos 40 minutos y uno positivo unos 20. Sinceramente, no le veo ninguna ventaja a la inmortalidad.— Javier de Benavides. Madrid.
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