No era yo, estaba sonámbulo

Cuesta creerlo, pero si durante el último año han observado un comportamiento desconcertante por mi parte, decirles que no era yo, bueno, era yo, pero por lo visto bajo los efectos de una parasomnia severa; se lo explicaría pero es una movida muy tocha. A lo que voy, que ha habido episodios vergonzosos y me gustaría aclararlos:

Cuando en las grabaciones de la serie Anclados “pisaba” a mis compañeros constantemente y, a veces incluso, robaba sus frases, estaba sonámbulo.

Cuando escribí aquella columna diciendo que votaría a Podemos, estaba sonámbulo.

Cuando me pillaron yéndome sin pagar de aquel japonés, estaba sonámbulo.

Cuando en esa entrevista en un diario gallego me postulé para presentar los Goyas, estaba sonámbulo.

Cuando locuté un anuncio de pipas, ahí estaba despierto.

Cuando llamé al contestador de un conocido productor a las tantas de la mañana y grabé una serie de ininteligibles insultos, estaba sonámbulo.

Cuando dejé una mierda en una tartera en la puerta del vecino que no paga la derrama, estaba sonámbulo.

Cuando dije que iba a presentar una gala benéfica y luego no aparecí, estaba sonámbulo en el antes y en el después.

Cuando irrumpí en la fiesta del estreno de la película Los del túnel haciendo aspavientos con la chorra fuera, estaba sonámbulo.

Cuando me pillaron en unos reservados “morreándome” con el bajista de Pignoise, ahí también estaba despierto, aunque me habían echado algo en la bebida.

Y bueno, esto es un poco todo.