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Tentaciones

Los 10 grandes horrores que tenemos que soportar cada verano

¿Pantalones cargo? ¿Sombreros influencer? Por no hablar de los nuevos hits que han sacado los exconcursantes de los 'realities' españoles

Agosto. Treinta y cinco grados a la sombra. El aire acondicionado de la oficina a todo gas y ni rastro de esas ¿merecidas? vacaciones. Ésta es la realidad que muchos sufrimos cada año. Ni relajantes viajes al Caribe, ni apartamentos con vistas al mar, ni siquiera una maldita piscina que no esté atestada de conciudadanos acalorados. ¿Dónde quedan todas esas promesas de felicidad que acompañan a los meses estivales? ¿Dónde están los selfies de pies en la arena y los mensajes de sufriendo? ¿Acaso no nos late un corazón debajo de este pecho sudado? ¡Basta ya de tanta crueldad! Olas de calor, mosquitos tigre y, encima, seguimos sin gobierno. Debemos haber sido terribles en una vida anterior para que el destino nos lo pague de esta forma. Pero terribles nivel 'yo compuse la salchipapa de Leticia Sabater'.

Por si todo esto no fuese suficiente, todavía podemos ir a peor. Pequeños obstáculos que consiguen minar nuestra ya debilitada moral. Son los 'TentaDramas', las peores pesadillas que nos trae el verano año tras año.

1- Los pantalones 'cargo'

Con los primeros calores hordas de señores de todas las edades corren a rescatar sus cargo pants del armario. Sí, esos pantalones cortos -algunos más, otros menos- con bolsillos laterales para guardar cosas diversas. Las llaves, la cartera, las gafas de sol, un bocadillo, el mando de la tele. Lo que sea. No hay nada que siente peor. Nada menos sexy. Nada que ahuyente el sexappeal con mayor precisión. Bueno, sí, combinarlo con camiseta tres tallas más grande y chanclas de plástico. Un atuendo tan típicamente veraniego como estéticamente espantoso. Un consejo: hay más tipos de pantalones.

2- Las fotos de tus vacaciones

Ninguna tortura tan sofisticada como el verano en las redes sociales. Tropecientas fotografías en la playa mientras sudas la gota gorda en la oficina. De acuerdo, asumimos que el odio mueve montañas, pero, ¿tanto rencor existe hacia la raza humana? ¿Es necesario que martiricéis a vuestros followers con instantáneas de paella en el chiringuito? Y eso sin contar las siete escapadas al extranjero y los muchos conciertos y fiestas playeras. Luego llegan los lamentos y los 'otra vez en la ciudad, ¡lloro!'. Vuestro síndrome postvacacional es nuestra venganza. De nada.

3- Los festivales

Un día están en Benidorm, al siguiente en Bilbao, el otro en Murcia y, si se tercia, se dejan caer por Benicàssim. Es la vida del festivalero oficial, ese habitante del verano que salta de ciudad en ciudad cada fin de semana. Los mismos conciertos -¿quién toca aquí? ¿Love of lesbian o Supersubmarina?-, las mismas fotos en Instagram y los mismos vídeos en Snapchat -o Instagram Stories para los mayores de treinta-. ¿Cuándo va a explotar la burbuja de los festivales? Mucho está tardando. Pero no se preocupen. También creímos que la fiebre de los parques temáticos duraría para siempre. Tan solo hay que tener paciencia.

4- La parrilla veraniega

¡Qué pocas alegrías nos da la televisión en verano! Menos mal que el Deluxe duplica su presencia -con más polígrafos que nunca- y que en Mujeres y Hombres y Viceversa se han inventado un 'trono de verano' donde todos pueden quedar con todos. El poliamor a hora de comer. ¿Dónde han quedado aquellos meses de calor y reposiciones? ¿No va siendo momento de desempolvar, una vez más, Verano azul, V o Las chicas de oro? Los millennials se están perdiendo esta basta cultura que nos enseñó a todos de qué iba la vida. Y ya que están, que le echen un vistazo a Los rompecorazones. No les irá mal.

5- Los sombreros de 'influencer'

El verano no es para todos igual o hay muchas cosas que no entendemos. ¿Qué hacen todos estos aspirantes a influencers llevando mangas largas y gorros en pleno mes de agosto? ¿Cómo es posible que, encima, no suelten ni una maldita gota de sudor? Sin duda, algo estamos haciendo mal. En un entorno proletario, esos sombreros provocarían más de un golpe de calor, pero, ya saben, los bloguers no son seres humanos corrientes. Nunca se despeinan, nunca llevan la ropa arrugada y casi nadie les ha visto comer. Sospechoso.

6- 'Stranger things'

Ni un verano sin su boom mediático. Esta vez ha sido Stranger things, la serie que ha tocado el corazoncito de los nacidos en los 80. Nostalgia y Winona Ryder para mitigar las altas temperaturas. Nada puede salir mal. Lástima que los ritmos de Internet hagan que las novedades envejezcan en menos de una semana. ¿Qué sentido tiene ya ver una serie de la que todo el mundo ha opinado? Tal vez el placer de sentarse delante del televisor y disfrutar de la ficción, pero en los tiempos de Twitter y Snapchat, eso es lo de menos. Lo que no se cuenta, no existe.

7- Alba Carrillo

De la ruptura del verano al fichaje del verano. Alba Carrillo ha sabido amortizar estupendamente su situación sentimental y ha retomado una carrera televisiva que tenía más que abandonada. Poco importa si estamos saturadísimos de sus historias o si ya no queremos saber más detalles sobre el Felicianogate. Alba nos los cuenta cada lunes desde el sillón de Hable con ellas y nosotros, que somos de naturaleza paciente, la escuchamos. Podríamos odiarla pero, en el fondo, la queremos. Como quisimos en su momento a Carmen Janeiro, Rocío Carrasco o Carmen Morales. ¡Viva la crónica social!

8- Las chanclas (y lo que no son las chanclas)

Hace calor, sí. Todo nos molesta, vivimos enganchados a un ventilador y cualquier tipo de ropa nos da picores. Muy bien. Ha llegado el momento de sacar las chanclas del armario. Pero, ¡atención! Antes de lanzaros a las maravillas de los zapatos abiertos, deberíamos tener en cuenta que el mundo no necesita ver más pies poco cuidados. ¡No lo necesita! Los dramas estéticos -e higiénicos- que sufrimos a diario no tienen justificación. Y mejor no entremos en detalles, que igual hay alguien que acaba de comer.

9- Los topless en los telediarios

¿Hasta cuándo vamos a tolerar que los telediarios ilustren las noticias veraniegas con imágenes de mujeres en topless? Poco importa si se trata de una ola de calor, de la bajada del paro en el sector servicios o de la ocupación hotelera, nunca falta el barrido playero con bien de pechos descubiertos. Una muestra más del machismo incrustado en los medios de comunicación. Todos podemos poner nuestra granito de arena para erradicarlos. Ahora, falta tener voluntad de hacerlo, claro.

10- Los hits del verano

La combinación de espíritu vacacional, largas noches y calor sofocante ha servido tradicionalmente para que las discográficas nos colasen temas de dudosa calidad. Total, ¿quién va a prestar atención si solo queremos salir a perrear a la pista? Pues de aquellos barros, estos lodos. Ahora no queda ningún exconcursante de reality que no tenga su propio hit. Del Pégate de Ylenia a Media naranja de la italiana Elisa de Panicis. Pero ninguno tan insufrible como el Eo que ha lanzado Fresita, la exconcursante de Gran Hermano. De verdad, lo sentimos.

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