Diez razones por las que Hillary Clinton es un icono pop

La campaña electoral en EE.UU se ha convertido en el cuento de nunca acabar. Las diferencias con el sistema electoral español hacen que el país norteamericano pase primero por primarias en los dos partidos que disputan la presidencia, republicano y demócrata, y luego dar salida a la verdadera campaña que lleve a los candidatos a la Casa Blanca.

Tras los ocho años que Barack Obama ha pasado dirigiendo el país, el tiempo máximo por ley que una misma persona puede hacerlo, y toca relevo para una mujer que lucha en el bando 'progresista' por llegar a lo más alto prácticamente en política internacional.

Hillary Clinton (Chicago, 1947) ha conseguido llegar a la cima tras años de lucha y millones de dólares gastados. Los humildes no tienen cabida en la carrera a la Casa Blanca y la fortuna familiar de Hillary ha sido clave para alcanzar el máximo rango dentro del partido demócrata. En los últimos meses hemos visto una lucha a muerte con el resto de candidatos y, sobre todo, con el favorito de la juventud, el carismático Bernie Sanders.

Precisamente Sanders fue el que dejó ayer el camino libre en Filadelfia a la ex secretaria de Estado. Ahora, tras una lucha de prácticamente una década (no hay que olvidar que peleó contra Obama en su primera candidatura a la Casa Blanca), quedan muchos momentos para recordar...

1- Cuando se enfrentó a sí misma en 'Saturday Night Live'

Sólo los verdaderamente importantes tienen a un actor fijo dentro del longevo programa de humor de la NBC. Kate McKinnon lleva años interpretando a la política pero Amy Poehler lo hizo en los momentos en los que Sarah Palin parecía tener posibilidades a presidir el Partido Republicano. Ha sido la primera en enfrentarse a ella en un divertido sketch en el que la Hillary de verdad hacía de camarera de la candidata de ficción. ¿Quién introdujo el chiste? La mismísima Miley Cyrus.

2- Cuando sobrevivió a la infidelidad más televisada de la historia

La mancha sobre el vestido azul de Monica Lewinsky es historia con todas las letras. La entonces becaria del Presidente Bill Clinton dio todo tipo de detalles acerca de su encuentro sexual con el marido de Hillary. Ella incluso dio una entrevista en la que aseguraba que nunca se separaría del lado de Bill a pesar de todas las acusaciones que terminaron sumiendo al Partido Demócrata en la derrota de las presidenciales de 2000. Era 1998, desde entonces se los ha visto juntos en contadas ocasiones.

3- Cuando puso de moda la chaqueta menos favorecedora de todas

Hillary Clinton es una mujer de 68 años que se ha visto obligada a adoptar el look de trabajo menos chirriante para una inmensa mayoría masculina como la que hay dentro de la política estadounidense. Al igual que Angela Merkel ha optado por el traje pantalón con la diferencia de que sus chaquetas son casi casacas y tapan sus caderas de manera bastante poco favorecedora. Una opción como otra cualquiera y en este caso de Armani.

4- Cuando reunió a su favor a la juventud más guay del 'show business' estadounidense

Lena Dunham, Demi Lovato, John Legend, Katy Perry, Zachary Quinto, Amy Schumer, Lindsay Lohan, Dakota Fanning, Rebel Wilson, Bryanboy, Kim Kardashian, Jeremy Scott, Sia, Beyoncé, Pharrell no Meghan Trainor han sido algunos de las jóvenes artistas que se han posicionado claramente a favor de Hillary Clinton. En Estados Unidos cada uno lleva con orgullo su voto y más si es una persona pública.

5- Cuando comercializó el 'merchandising' político más deseable

Parte importante de los ingresos para costear la carísima campaña a la Presidencia de Estados Unidos se consigue con la venta de productos para demostrar apoyo a la candidata. El de Hillary Clinton tiene claros rasgos vintage y va mucho más lejos que los mecheros o abanicos a los que estamos acostumbrados aquí. Ah, y las camisetas son de America Apparel (las de Donald Trump también, que hay que hacer patria).

6- Cuando reventó la moda de los 90 con un vestido de Donna Karan

Corría 1993 y Hillary Clinton ya era primera dama. En un movimiento que nadie veía venir se enfundó un shoulder dress que dejaba sus hombros al descubierto y sexualizaba a la abogada más comedida hasta la fecha. La creación corría a cargo de Donna Karan y a pesar de ser todo un ejemplo de moda minimalista noventera los comentarios hicieron que la entonces Primera Dama no volviera a arriesgar tanto.

7- Cuando demostró, en los 60, que el nerd también es sexy (y así lo reflejó la revista Life)

Cuando Hillary Clinton pasó por la Universidad de Yale, sus conexiones con la izquierda más radical y los movimientos estudiantiles la llevaron a adoptar el estilo hippie sin ningún tipo de complejo. Con gafas enormes, pantalones pata de elefante y prendas mil raya, se paseó por los disturbios de Chicago de 1968 y demostró que los empollones también tienen derecho a tener una imagen potente.

8- Cuando se convirtió en carne de 'meme' (y llegó a cantar Wrecking Ball)

Su casi permanente presencia en los medios de comunicación han hecho de Hillary Clinton el 'meme' perfecto. Un canal de Youtube monta grandes éxitos con las propias palabras de la política. Una cuenta de Tumblr hace chistes con su obsesión con mirar los mensajes en su móvil. Las bromas cuando sonríe (cosa que no se produce demasiado a menudo) se cuentan por cientos.

9- Cuando se recuperó del escándalo 'Wikileaks'

Igual es un poco precipitado asumir que la filtración de los e-mails de su cuenta personal en su etapa como Secretaria de Estado no le pasarán factura a la hora de acceder a la Casa Blanca. Pero parece que, por el momento, no han supuesto impedimento alguno para conseguir el apoyo de la mayor parte de los delegados del Partido Demócrata.

10- Cuando se negó a quedarse en casa cocinando galletas (y le echó un buen rapapolvo a Bill)

Siempre ha sido de sobra conocido que, la que tenía motivaciones políticas desde un primer momento en el matrimonio Clinton era Hillary y no Bill. Ya en 1992 se defendió en una entrevista en la NBC alegando que aunque esperaran que se quedara en casa cocinando galletas simplemente continuaría con su profesión, aquella que empezó mucho antes de que su marido estuviera involucrado en la vida pública estadounidense.