EL PAÍS que escriben los peques
Una treintena de hijos de suscriptores y empleados del periódico visitan la redacción para asistir a un taller de periodismo
Los hay informativos: “El PSOE le ruega a Pepe que se case con él”. “El viernes nos vamos de vacaciones a Cádiz”. “David Vonderhart abrió hace una semana un evento en Roma tematizado sobre Call of duty. Infinity Warfare”. “Audiciones para Harry Potter 8”. “A Cristiano Ronaldo le da un infarto en la final de la Champions”. Y los hay reportajeados: “El Pedrosa”, “Yo en el país” o “Mi primo el olvidadizo”.
Disparatados, descacharrantes, serios, firmados desde París, Wellington o Roma. Así han sido los más de 30 artículos de primera página de EL PAÍS escritos por un equipo de corresponsales muy peculiar, los hijos de empleados y suscriptores del periódico. Durante toda la mañana han visitado las redacciones de EL PAÍS y de AS, la rotativa y finalmente han asistido a un taller de periodismo impartido por Pedro Zuazua, director de comunicación de Prisa Noticias.
Sobre las mesas, una docena de ceras de crayola de colores para pintar la foto de portada. O los titulares, para los más creativos. Pero el objetivo era comprender qué debe tener una buena noticia. “Qué, cuándo, quién y dónde. Eso es lo que tiene que estar en vuestro titular y en vuestro texto”, explicaba Zuazua al grupo de chavales. Salvo para quienes optaban por los titulares reportajeados. Para estos redactores, el verdadero reto era encontrar ese titular que no busca tanto responder preguntas y situar al lector como resultarle atractivo e intrigante. Como ese primo olvidadizo cuyo motivo para quejarse de su falta de memoria queda en el aire.
Antes, se habían enfrentado a un test para reconocer personalidades del mundo de la cultura y la política. También tuvieron que descifrar el secreto de las secciones de un periódico. Y dieron respuestas como que Internacional habla “del globo del mundo” o que se puede reducir Opinión a ese lugar donde “opinas de cualquier cosa”.
El grupo visitó las dos redacciones de los periódicos AS y EL PAÍS. En la sala VIP del periódico deportivo, repasaron dos anuarios, uno actual y otro de los años ochenta. Verlos así juntos les sirvió —con la ayuda de Laura Jiménez, del equipo de Prisa Noticias— para entender cómo evolucionan las publicaciones con las décadas. Por ejemplo, la diferencia entre el blanco y negro del pasado y el periódico a todo color del hoy o también el espacio que ocupaba la publicidad, mucho más reducido en los ochenta y mayor en el presente por la reducción de las tiradas impresas y el énfasis en lo digital. También pudieron ver dos camisetas míticas de la selección española: la del 6 en el Mundial y la del 9 en la Eurocopa. No hubo dudas para señalar que pertenecían a Andrés Iniesta y al Niño Torres.
En la rotativa, los fascinó especialmente la sala que guardaba los enormes rollos de papel necesarios para imprimir el periódico. “Cada uno pesa 1.500 kilos y tiene de longitud 15 kilómetros”, explicó Jiménez al grupo. Cómo funciona el sistema automatizado para descartar los ejemplares en mal estado o cómo se mezclan los colores cyan, magenta, amarillo y negro en la impresión offset también formaron parte de la lección.
Pero lo fundamental, cuántos futuros periodistas se contaban entre la treintena, tuvo una respuesta tímida. Contra el logo de EL PAÍS, con la redacción a las espaldas, solo uno de los 30 alzó seguro la mano. Él, lo tenía claro, quería ser periodista. Y cuando Jiménez les explicó que lo fundamental para lograrlo era leer y escribir mucho, cosa popular entre el grupo, hubo más que se miraron entre sí, interesados. Tal vez, dentro de menos de lo que parece, alguno firme esa crónica soñada desde Wellington, Roma o París.
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