Festejos bárbaros
No estoy en contra de los encierros de San Fermín por las graves cogidas que puedan sufrir los mozos participantes en los mismos, sino por el mal rato que le hacen pasar a los pobres animales. ¿Cómo sentir pena por personas supuestamente equilibradas que, libre e irresponsablemente, deciden correr graves riesgos vitales? Siento preocupación, sin embargo, por el gasto sanitario que generan unas bárbaras y enloquecidas fiestas cuyas consecuencias pagamos todos. Un gasto del que los accidentados deberían hacerse cargo por haber elegido personalmente correr dichos riesgos. El requisito de suscribir un seguro personal obligatorio que cubriera todos los riesgos que conllevan la fiesta y los encierros sería una buena medida disuasoria y, sobre todo, un alivio para el sistema. Tal vez ha llegado el momento de plantear el debate sobre quién debe pagar los gastos provocados por conductas irresponsables y suicidas.— Pedro Serrano. Valladolid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.