28 fotosA bordo del Dignity IEl fotógrafo de EL PAÍS, Claudio Álvarez, reúne sus fotos más impactantes de su viaje a bordo del buque de rescate de MSF EspañaClaudio Álvarez16 jun 2016 - 14:03CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAmanece de camino a la zona de rescate, en aguas internacionales frente a la costa libia.Claudio AlvarezPrimer rescate de la misión, una balsa de goma con 120 migrantes.Claudio AlvarezMigrantes a bordo de la patera observan la aproximación del equipo de rescate.Claudio AlvarezUn zapato flota en el suelo de la balsa de goma.Claudio ÁlvarezLos traficantes llenan de migrantes los laterales de las pateras.Claudio AlvarezMomento en el que una migrante es subida a bordo del barco de Médicos Sin Fronteras, Dignity I.Claudio AlvarezMujeres, menores y enfermos son los primeros en ser rescatados.Claudio AlvarezEs el momento de la aproximación cuando los migrantes se ponen nerviosos (son muchas horas o días en la patera y ya acarician el rescate) y pueden hacer volcar la barcaza y ahogarse.Claudio AlvarezUn migrante muestra su alegría al subir al barco de MSF tras ser rescatado.Claudio AlvarezAdemás de descalzos, agotados y empapados, los migrantes llegan rebozados en arena. Han pasado horas tumbados en la playa, de noche, escondiéndose.Claudio AlvarezDerrengados, descalzos, sucios, tras pasar más de 12 horas navegando entre agua y porquería dentro del gomón, son trasladados a la zodiac que les acercará de 15 en 15 al Dignity I.Claudio AlvarezCada centímetro de una patera vale dinero.Claudio AlvarezEl buen tiempo impulsa la salida de migrantes tras pagar de 500 a 1.200 euros a los traficantes.Claudio AlvarezBarcazas con capacidad para 50 personas, con 135 migrantes a bordo y a la deriva.Claudio AlvarezUna botella de medio litro de agua, un paquete de comida energética (una especie de pasta arenosa color marrón claro y que sabe a cereales salados), una toalla y un par de calcetines negros para cada persona rescatada.Claudio AlvarezEl paso por Libia y la estancia hasta conseguir la posibilidad de embarcarse hacia Italia es una etapa durísima del periplo de los migrantes.Claudio AlvarezLas mafias dan un móvil por satélite en cada bote para que pidan auxilio.Claudio AlvarezLa primera opción del MSF es siempre trasladar a los migrantes a otra nave para poder seguir buscando pateras. Y aunque no les gusta demasiado dejar a los migrantes en manos de militares (que les dispensan un trato menos humano, los uniformados los reciben con mascarilla y los fotografían de frente y perfil) el Dignity debe transferir los 472 migrantes a un buque militar italiano, el Avere.Claudio AlvarezUn migrante suele ejercer de patrón de barco a cambio de pagar medio pasaje.Claudio AlvarezLas zodiacs les va acercando los chalecos salvavidas naranjas que contrastan con el negro de la piel.Claudio AlvarezReparto de mantas en la cubierta de popa del Dignity I.Claudio AlvarezLa médico de la misión, María José atiende junto a la enfermera Lizzi a un imnigrante en el hospital del barco.Claudio AlvarezAmanece en el Dignity I.El agua ha entrado casi por todos lados y el equipo de MSF España ha decidido repartir a los migrantes por las cubiertas superiores que están repletas de cuerpos descansando envueltos en mantas grises.Claudio AlvarezEl mar está muy picado. Demasiado para los que llevan horas en la cubierta principal cubiertos con mantas.Claudio AlvarezEn la cubierta superior ya pueden avistar, a lo lejos, tierra firme. “¡Italy, Italy!”Claudio AlvarezAmanece y el Dignity se dirige rumpo Porto Empedocle (Sicilia), donde las autoridades italianas aguardan el desembarco de 256 migrantes que fueron rescatados hace dos días frente a las costas libias.Claudio AlvarezEl desembarco se hace lento y, a pesar de que comienza a las 8.00 de la mañana en punto, no termina hasta las 10.00. Casi más que un rescate en alta mar.Claudio Alvarez