Mónica Cruz: “Falta información sobre la maternidad”
Reparte su tiempo entre el baile, la actuación y el diseño. Pero a cualquier trabajo antepone poder estar con su hija. No quiso esperar al hombre perfecto para cumplir su sueño
La primera vez que hablamos con Mónica Cruz (Madrid, 1977) estrenaba nervios. Se dirigía hacia la primera gala en directo de Top Dance, el talent show donde ejercía como jurado de bailarines. Días después, el programa se canceló por falta de audiencia. Lo que iba a ser su regreso a la televisión después de tres años apartada de los focos y centrada en su hija Antonella, se quedó en intento. Ahora encara el futuro sin tomarlo como un fracaso, dispuesta a retomar su faceta de actriz y diseñadora. Porque, según dice, la danza actualmente es un callejón sin salida.
Pregunta. ¿Cómo lleva la cancelación de Top Dance [Antena 3]?
Respuesta. Fue un poco sorpresa para todos, pero ya sabemos cómo es la tele, es una pena. Cambiaron el programa de día y creo que eso no ayudó. Pero bueno, en esta profesión todo son momentos. Un día estás arriba y otro abajo. Me da mucha pena no solo por mí, sino porque era una gran oportunidad para bailarines. Pero el baile está muy mal cuidado.
P. ¿Qué le hizo decir sí al proyecto?
R. Era un trabajo que no ocupaba todos los días y era fácil para organizarme con la niña. Además, el baile ha sido mi vida desde pequeñita. Me espantaba un poco porque la palabra jurado no me gusta nada. Me lo pensé mucho y decidí darle la vuelta para enfocarlo desde mi experiencia e intentar ayudar como una compañera. No quería ir de maestra ni de sabihonda. Además, el horario me permitía estar casi todo el día con mi hija. La dejaba lista para que se bañase, cenase y a la cama directa. Rezaba porque se durmiera. Le cuesta mucho si no estoy yo, que le doy el pecho.
P. ¿Cree que de usted se esperaba que fuera la jurado más dura?
R. No quería ser la típica borde, porque creo que eso lo da un poco el desconocimiento. Cuando lo has vivido, te pones en su lugar y cuando les ves caminar hacia el escenario solo piensas en ayudarles. Es una profesión muy dura, muy castigada y abandonada. Tenemos muy pocas puertas y pocas oportunidades.
P. ¿Tenía miedo de que la olvidaran después de tres años fuera de escena?
R. No ha sido un miedo, sino algo real. En estas profesiones que te olviden es algo que puede ocurrir, pero mis prioridades son otras. He tenido la suerte, que ojalá tuvieran todas las mujeres, de estar los primeros años con mi hija. Y aunque podía ser un riesgo para mi profesión no me ha preocupado. Preferiría trabajar de lo que fuera que perderme lo que he vivido.
P. Optó por la inseminación artificial, lo hizo público y ha dicho que muchas mujeres le han confesado que eso las ha ayudado a dar el paso.
R. Sí, nunca pensé en hacerlo para ayudar, pero si hay mujeres a las que animó a dar el último empujón, adelante. Porque da igual la forma en la que lo hagas, lo importante es ser consciente de lo que viene después. Muchas me dicen que les da miedo echar de menos salir. Yo no lo hecho en falta para nada.
P. Y quiere ampliar la familia...
R. Sí, y tampoco me puedo dormir mucho porque al final las mujeres tenemos un tiempo muy limitado y creo que ahí sí que falta información. Porque tienden a relajarse con la maternidad, a esperar a alguien. Yo no quería verme en esa situación porque no sé cuándo puede llegar la persona adecuada para crear una familia. ¿Y si cuándo llega ya se me ha hecho tarde? Sería infeliz toda mi vida, habría perdido mi sueño. Así que yo a las mujeres intento decirles mucho: ‘No, no te duermas’ porque aunque hoy los 40 parecen los 30 de antes, da igual. Por desgracia eso lleva otro reloj y otro tiempo, y a partir de los 37 bajan las opciones de quedarte embarazada, aunque estés estupenda.
P. ¿Qué planes tiene ahora?
R. Retomar la interpretación. Trabajo en algunos proyectos. Pero tienen que ser cosas corales, porque ahora ni puedo ni quiero protagonizar, quiero estar con la niña. También diseño, como siempre. Todo con ilusión, porque los altibajos también son parte del viaje y yo me siento afortunada.
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