Secretos de un rescate, en la prensa
EL PAÍS recogió en su edición digital del 17 de mayo y, más brevemente, en la impresa del día siguiente, una información del diario turco Yeni Safak, considerado como próximo al actual Gobierno de Turquía, según la cual, el Ejecutivo español había desembolsado una importante suma (alrededor de 10 millones de euros) para lograr la liberación de los tres periodistas españoles secuestrados por el ISIS en Siria. España pagó unos diez millones por los periodistas secuestrados en Siria. (España pagó unos diez millones por los periodistas secuestrados en Siria)
La noticia es por muchos motivos inquietante, ya que demuestra lo difícil que es cumplir el compromiso asumido en su día por los gobiernos occidentales de no pagar rescate para liberar a sus nacionales, conscientes de que pagar tiene un doble efecto perverso: estimular nuevos secuestros y financiar con dinero de los contribuyentes a las organizaciones terroristas que perpetran tan inhumanas acciones.
Por esa razón Naciones Unidas aprobó, hace un par de años, una resolución urgiendo a los gobiernos a no pagar rescates a grupos terroristas. Pero, según recogía la web de la BBC en un artículo dedicado al dilema de los rescates: El propio embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, citó estimaciones según las cuales grupos vinculados a Al Qaeda recibieron al menos 105 millones de dólares [unos 94 millones de euros] en rescates en menos de cuatro años.
La noticia de elpais.com ha provocado la reacción indignada de Jerónimo Candela, director de Operaciones de una ONG internacional en Jordania, que en la larga carta que me ha enviado señala: Entre otras muchas cosas también soy responsable de seguridad de mi equipo aquí (120 nacionales jordanos y 8 expatriados de diferentes nacionalidades). Imagino que en el gremio periodístico sois muy conscientes del daño que hace publicar que el Gobierno español ha pagado equis cifra para liberar a secuestrados. Incentivando así a que vuelvan a secuestrar a cualquier otro español, ya sea periodista, cooperante, persona de negocios o turista.
Daesh, AQ y decenas de otros grupos delincuentes comunes que a su vez venden presas a Daesh o Al Qaeda, operan en Turquía, Líbano o Jordania, además de en Irak , Siria o Yemen, claro. El precio de mi cabeza, o el de mi esposa o mis hijos, que viven conmigo en Amman, así como el de los periodistas y cooperantes que trabajamos en esta parte del mundo acaba de aumentar gracias a esta operación del Gobierno. Y más aún gracias a la publicación de EL PAÍS al difundirlo a gran escala.
Quiero expresar mi indignación por la falta de responsabilidad y ética profesional de los responsables de tomar la decisión de publicar esta noticia. De acuerdo... otros medios locales han publicado la noticia de que España ha pagado el rescate. Y también Al Nusra, AQ o Daesh saben que alguien ha pagado por el rescate. Pero no se había publicado que ha sido el Ejecutivo de España quien pagaba, podían ser las familias, o la compañía de seguros o los propios medios que empleaban a los secuestrados.
"Por otro lado, bravo por el CNI y las negociaciones realizadas para salvar la vida de Pampliega, López y Sastre. Nos alegramos del desenlace, pero... ¿la vida de estos 3 periodistas vale más que la vida de otros cientos de periodistas o cooperantes que seguimos por esto lares? ¿Vale más que la vida de todos los que morirán con las armas y municiones que Al Nusra comprará con esos millones de euros? ¿Va el Ejecutivo español a seguir pagando estas cantidades para los siguientes secuestrados? ¿Hasta cuándo?
Rafael de Miguel, responsable de la sección Noticias donde se publicó la noticia, precisa lo siguiente:
La decisión editorial la tomó el subdirector de Información, Miguel Jiménez, y fue una decisión meditada. La información surgió de medios turcos, y nosotros hicimos el trabajo previo de confirmarla. Las quejas que presenta el lector son razonables y forman parte del debate en estos casos. La responsabilidad de los medios, y por supuesto de El PAÍS, durante un secuestro es absoluta. Informaciones de las que disponemos se guardan para evitar interferencias, porque lo prioritario es la vida y la seguridad de las víctimas. Una vez resuelto todo, y en este caso afortunadamente con un desenlace feliz, el derecho a la información vuelve a cobrar prevalencia. Y en este caso, a todo lo relatado respecto a la operación en sí -que llevó a cabo el CNI-, es material de interés público saber cómo procedió el Gobierno, qué decisión adoptó y a qué destinó sus recursos.
De Miguel añade: Respecto a la decisión del Gobierno de pagar, ese es otro debate, y todas las posiciones tienen argumentos sólidos. La labor de un Gobierno, en cualquier caso, es en primer término la de proteger hasta donde le sea posible la vida de sus nacionales.
Entiendo la angustia de Jerónimo Candela, pero creo que la explicación de Rafael de Miguel es convincente. La prensa está obligada a informar, y aunque las noticias no sean de nuestro agrado, esa es nuestra misión. La información, enviada por un colaborador del diario en Estambul, venía avalada por un importante medio turco cuyos contactos con el Gobierno de Turquía son conocidos. Y, dicho sea de paso, se difundió casi simultáneamente en muchas otras web periodísticas. Por otro lado, tengo serias dudas de que los terroristas, -o los grupos de delincuentes comunes que eventualmente les venden rehenes-, se informen por los medios de comunicación de los detalles relativos al pago de rescate. Me temo que la información sobre estos asuntos les llega antes por los propios circuitos delictivos.
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