Reflexiones sobre Fitur 2016

Ayer acabó en Madrid Fitur 2016, la 36º edición de la Feria Internacional de Turismo. Una de las citas europeas más importante del sector. ¿Qué se coció en ella? ¿ha acabado ya la crisis para el negocio de los viajes? ¿cuáles son los destinos emergentes para 2016? Aquí van algunos datos y reflexiones, para que te hagas una idea.

Pese a las nuevas tecnologías, pese a que parecía que en un mundo con internet las ferias presenciales ya no tendrían sentido y pese a la ausencia desde hace años de algunos destinos muy significativos (Francia, Alemania, Reino Unido).... FITUR resiste. Este año participaron 165 países y regiones y unas 9.500 empresas. Una cifras lejos aún de los buenos tiempos pre-crisis (en 2007 la feria ocupaba 10 pabellones y más de 80.000 metros cuadrados; en esta edición eran solo 8 pabellones y unos 57.850 metros cuadrados), pero que dejan ver la vitalidad del sector.

¿Adiós crisis, adiós?

Si tuviera que resumir en una sola palabra mi percepción de tres días de feria sería optimismo. Hay negocio, la inversión se recupera y en general el sector aparenta gozar de buena salud. Más de mil millones de turistas moviéndose anualmente por el mundo (según datos de la Organización Mundial del Turismo) son un pastel muy jugoso para el PIB mundial. La tendencia parece consolidarse pues ya en la edición pasada, la de 2015, las ventas generadas en la feria vivieron un alza considerable.

Recuperar la inversión

Fitur no es una feria barata para los expositores. Solo el metro cuadrado de stand cuesta de media unos 137 euros, a lo que ha que sumar todos los gastos de construcción del mismo, personal, intendencia, etc. Aún así, la mayoría de fuentes consultadas reconocen que merece la pena. Como promedio, por cada euro invertido en esta edición en el stand de un país se generan 25 euros en ventas por parte de las empresas participantes, sin contar con el retorno en prensa para la marca país.

América Latina (re)descubre Europa

Tradicionalmente los pabellones latinoamericanos son de los más potentes en FItur por razones obvias. Pero este año se ha notado que muchos destinos que habían focalizado sus esfuerzo en el mercado norteamericano han vuelto de nuevo sus ojos hacia el turista europeo. España es su puerta de entrada; y Fitur, su escaparate. Es el caso de Costa Rica, que este año echó la casa por la ventana con un stand espectacular y un plan de negocios para recuperar el cliente europeo. O de Panamá. Chile, por ejemplo, que había dejado de venir a Fitur ha regresado este año.

Citas online

Algo que muchos operadores valoran positivamente de Fitur es el Punto de Encuentro de Profesionales , un servicio de citas online. La web de la feria les ofrece una plataforma con 23.819 usuarios profesionales registrados (a día de hoy) que les permite filtrar por afinidades y acotar mercados para concertar citas presenciales durante la feria.

¡Si no fuera por el dólar!

2014 ya fue un buen año para el sector, pero los expertos coinciden en que este recién finalizado 2015 hubiera sido espectacular de no haber mediado un factor externo: la depreciación del euro frente al dólar en más de 30%. En general han subido las ventas y el número de viajeros, pero no para todos los operadores europeos ha crecido en la misma proporción la cuenta de resultados. Excepto para algunos touroperadores previsores que aseguraron en su momento el dólar y ahora han conseguido un buen negocio. 

África sube

Zimbabwe, Benin, Botswana, Burkina Faso o Camerún son algunos de los numerosos países del África subsaharina presentes en la feria. Aunque con escaso presupuesto y con pabellones mucho más humildes que los grandes destinos latinoamericanos o asiáticos, los países africanos confían en el turismo como motor de desarrollo. Más allá de los clásico safaris por Kenia o de las playas de islas tropicales, creo que el África negra tiene mucho que ofrecer al viajero; son destinos seguros en su mayoría, razonables de precio y capaces de ofrecer experiencias mucho más auténticas. Las nuevas conexiones entre Europa y África que ofrecen compañías como Turkish, Ethiopean, Qatar o Emirates acercan las capitales africanas al turista europeo.

Buenos tiempos para España

En el plano nacional, también se barruntan buenos tiempos. La crisis sin fin de Oriente Medio ha beneficiado a nuestros destinos de sol y playa. Bastaba ver cómo echaban fuego las salas de reuniones en el pabellón de Canarias, donde no cabía un alfiler, para entender que las islas están batiendo record (más de 13 millones de visitantes el año pasado) debido a las desgracias de Túnez o Egipto. El negocio hotelero parece ir también viento en popa en España. Como informaba ayer este diario, en 2015 se batió el récord histórico de transacciones inmobiliarias hoteleras, multiplicando por 2,5 las cifras de 2014, lo que convierte a España en el tercer mercado europeo en este segmento inmobiliario.

Menos jamones, más proyectos

Lo que si han traído las nuevas tecnologías (y la crisis económica) es un lavado de cara a Fitur (imagino que a todas las ferias). Lejos quedan ya la imágenes de profesionales (y no tanto) con carritos de la compra donde cargar toneladas de folletos (ahora todo se da en pen drive o se remite a la página web). También la de los miles de oportunistas en busca de pines, bolígrafos, afiches o cualquier otra chorrada que tirarían a la basura nada más salir de la feria. Y la de los bares de pabellones españoles donde los jamones de jabugo y las cañas del lomo caían del cielo como los confetis, en un perpetuo botellón de lujo que se pagaba con dinero público. No sé si es percepción mía, pero creo que la feria se ha profesionalizado, que hay más ideas, más proyectos y más reuniones serias y menos humo y canapés, como en las viejas ferias de muestras.

Podéis consultar la valoración final de la feria que hace la propia dirección de Fitur, así como lo datos completos de participación y resultados en este reciente comunicado de prensa