La mutilación genital femenina, tan cultural que Sierra Leona se niega a prohibirla
“Sierra Leona no puede prohibir la mutilación cenital femenina (MGF) porque es parte de nuestra cultura”, ha declarado el ministro sierraleonés de asuntos sociales, género e infancia, Moijua Kaikai. Eso sí, pide que se practique de forma responsable.
Estas declaraciones fueron realizadas a mediados de diciembre en la clausura de una conferencia de Soweis, que son las mujeres ancianas que dirigen las prácticas de la iniciación femenina en las distintas sociedades secretas, las cuales incluyen la MGF o Bondo, como se conoce en el país, que regula el paso de la niñez a la madurez.
Ante las voces cada vez más fuertes de las activistas que luchan para abolir esta práctica, la mayoría de las soweis del país, en un movimiento sin precedentes, se han asociado y se han convertido en un fuerte lobby que lucha contra la abolición de esta tradición. Alegan que sería un ataque a la cultura, la cual está basada en rituales muy antiguos destinados a proteger a la comunidad de los malos espíritus y regular el paso de la infancia a la edad adulta.
Las sociedades secretas, tanto masculinas como femeninas, existen en cada aldea y pueblo de Sierra Leona. Son un elemento fundamental de comunicación entre el poder político y las comunidades rurales. En ellas se decide, por ejemplo, a qué candidato apoyar en las elecciones. Es por eso que hablar de terminar con ellas y poner fin a prácticas como la MGF se ha convertido en un tabú para la mayoría de los políticos.
Hay que señalar que esta tradición es una gran fuente de ingresos para las soweis, ya que son pagadas en dinero, comida y regalos, otra razón más para que sean ellas las que lideren la lucha contra su extinción.
Durante la crisis del ébola, la MGF fue prohibida en Sierra Leona, pero una vez declarado el país libre de esta enfermedad, las aldeas empiezan a plantearse otra vez más la circuncisión de sus jóvenes. El tiempo para ello suele ser entre los meses de enero y marzo, una vez terminada la cosecha del arroz y antes de que vuelvan a comenzar los trabajos fuertes en el campo. Es decir, que en pocas semanas cientos de niñas serán sometidas a mutilación en todo el país.
Se estima que en Sierra Leona el 88% de las mujeres han sufrido MGF, ocupando así el séptimo lugar de la lista de países que aún mantienen esta práctica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la MGF como cualquier procedimiento que, de forma intencional y por motivos no médicos, altere o lesione los órganos genitales femeninos.
En 2013, UNICEF publicó un informe titulado Female genital mutilation/cutting: a statistical overview and exploration of the dynamics of change en el que recogía datos de los 29 países de África y Oriente próximo que todavía, en ese momento, practicaban este tipo de mutilación que la OMS asocia con infecciones serias, sangrado, infertilidad, complicaciones maternas y que en bastantes casos puede resultar en muerte.
La OMS estima que entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la MGF, en todo el mundo. De ellas, al menos 91,5 millones de niñas y mujeres de más de 9 años de edad son africanas y viven principalmente en África occidental. Cada año, unos tres millones de niñas corren el riesgo de ser sometidas a esta práctica en África.
El 20 de diciembre de 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas prohibió la MGF. La resolución fue adoptada por unanimidad de los 194 países miembros de la ONU. Es decir, que muchos de los países que la votaron siguen permitiéndola en su territorio. La medida formaba parte de una serie de normas referentes a los derechos de la mujer.
Desde entonces, muchos países han introducido leyes protegiendo a las chicas contra este tipo de mutilación, lo que no es el caso de Sierra Leona. Durante el año 2015, por ejemplo, hemos recibido la noticia de que dos países africanos han prohibido esta práctica: Nigeria y Gambia. Pero todavía, como es el caso de Sierra Leona, son muchos los que se niegan a terminar con esta tradición. Otros países que han legislado contra la MGF recientemente son la República Centroafricana, Egipto o Sudáfrica.
Este tipo de leyes, que prohiben y penalizan la MGF, por sí solas no podrán poner fin a esta práctica. Son muchos los países que las han aprobado y donde, a pesar de ello, las niñas siguen siendo mutiladas, como es el caso de Uganda, donde existe una ley de este tipo desde 2010.
Ya en 2009, un informe de Naciones Unidas ponía de manifiesto que la mayoría de los países no implementan sus propias normas y dejan sin perseguir a aquellos que las violan, mirando hacia otro lado por miedo a enfrentarse a las sociedades rurales.
Parece ser que Ghana es el único país donde realmente se implementa esta ley y se han conseguido grandes avances en la lucha contra la MGF. Otros países, como Costa de Marfil, Etiopía, Egipto, Gambia, Kenia, Senegal o Somalia, están adoptando estrategias de acercamiento a las comunidades para luchar contra la práctica y han empezado a experimentar un ligero descenso en el número de niñas mutiladas. Senegal es el mejor ejemplo de este modelo. La rapera y activista Sista Fa, víctima ella misma de la MGF, es una de las celebridades más beligerantes en esta campaña. En el siguiente vídeo la vemos hablando sobre el tema.
En el caso de Etiopía, donde ha habido un descenso del 74%, según la ONU, es la asociación de mujeres abogadas la que ha jugado un papel fundamental en la denuncia de esta práctica. Sensibilizan a las comunidades sobre la ley y ofrecen protección legal a las víctimas.
Pero son muchos más los países donde este tipo de estrategias parecen no estar funcionando. Por el contrario, lo que las leyes están consiguiendo es que este tipo de prácticas se vuelvan clandestinas y más difíciles de supervisar, lo que aumenta el riesgo de infecciones, incluso de HIV/SIDA, muertes u otro tipo de de problemas.
Por eso algunas veces se afirma que terminar con la MGF se está convirtiendo en uno de los grandes fracasos de las Naciones Unidas y muy en particular de UNICEF. Parece que solo han conseguido que la MGF se reduzca a nivel mundial en un 5%. La misma ONU estima que al ritmo actual, solo se podrá poner fin a esta práctica en el año 2074.
A pesar de ello, los líderes mundiales se han puesto como objetivo terminar con esta grave violación de los derechos humanos antes de 2030, al aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La meta segunda del objetivo quinto se propone eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otro tipo de explotación. Además de eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.
Ahora falta la voluntad y los medios para que esta meta se convierta en una realidad en Sierra Leona y en todos los países donde esta práctica sigue viva.
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