Ante las elecciones
Se dice que para ganar unas elecciones hay que lograr el voto de centro. La diferencia es saber si, quien lo intenta, lo hace desde la convicción o desde la estrategia. Aristóteles decía que la virtud está en el término medio; y parece que en ese punto se encuentran muchos españoles. Sin duda, es un lugar de encuentro, diálogo y, también, de renuncia. Algo que, vistas las encuestas, va ser muy necesario a partir del 20-D. Habrá que abandonar las propuestas maximalistas y se verá quién lo hace desde la convicción y, quién, por el poder.— Joaquín Gismero Bris. Torrejón de Ardoz (Madrid).
Soy una más de los españoles residentes en el extranjero y una de las pocas afortunadas a quien le ha llegado la milagrosa carta para votar por correo. Qué bien poder ejercer tu derecho al voto, sentir que aún formas parte de tu tierra.
Lo que no se sabe de esta forma de voto es que mandar la tan valiosa carta por correo certificado al consulado vale un dinero, que supuestamente es reembolsable tras las elecciones. Hasta ahora, muchos camaradas y yo seguimos esperando el reembolso de las pasadas elecciones autonómicas, esperando lo que la Secretaría General Técnica y Portavocía del Gobierno llama un “supuesto” contrato con empresas de gestión de correo y envío de dinero al extranjero para que se pueda efectuar dicho reembolso. Más de seis meses contactando con la Embajada, donde nadie sabe nada.— Aldara Vaquero Romero. Londres (Reino Unido).
He conseguido votar por primera vez desde que vivo fuera de España. A la tercera va la vencida. España se ha convert0ido en un país en el que algunos tienen que luchar por un derecho que ya teníamos ganado (y esto, por desgracia, no ocurre solo con el voto). Nunca el hecho de votar me ha producido esta sensación de victoria que tengo actualmente. Más tarde he pensado que siempre tendría que tener esta sensación al votar. No debería estar motivada por las trabas en el consulado, los plazos prácticamente imposibles y las papeletas que casi nunca llegan.
Votar nos sirve para influir en las personas que decidirán por nosotros durante los próximos cuatro años. Incluso, como he comprobado, lo podemos usar para levantarnos y decir que estamos hartos de todo y de todos. A algunos nos han quitado las ganas, pero que no nos quiten el voto.— Pilar Molina López. Nueva York (Estados Unidos).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.