Carmen Maura: “Tiendo a ver el lado cómico de las cosas”
La actriz confiesa que hasta los sentimientos le salen en clave de comedia. Ha tardado 20 años en conquistar al público francés y en el Festival de Málaga estrenó ‘La vanité’
Carmen Maura (Madrid, 1945), la primera chica Almodóvar, habla a sus 70 años con más franqueza que nunca de su carrera y también de las cosas de las que se arrepiente. Hace unos días viajó a Málaga para clausurar el 21º Festival de Cine Francés de esta “ciudad del paraíso” con su película más reciente, La vanité, filmada en Suiza. “Quién sabe si la estrenarán en España. Hago muchas en el extranjero que luego no llegan”, dice la actriz entre caladas de cigarrillo, sentada en la azotea del edificio de la Alianza Francesa de Málaga, desde donde se observa una sucesión de tejados iluminados por el sol.
Pregunta. Carmen García Maura, ¿qué le dijo su padre cuando se quitó su apellido?
Respuesta. Me quité el García porque en los periódicos era común que pusieran Carmen G. Maura, y dije: mejor me lo quito de un plumazo. Pero mi padre no me dijo nada. Pasaba de mí, como toda mi familia al principio de mi carrera.
P. ¿Cómo se llevaba con su primo [el escritor] Jorge Semprún?
R. Él siempre decía que era mi primo, pero no. Era primo de mi madre. O sea: mi tío segundo. Tuvimos una relación muy normal, pero no nos veíamos mucho.
P. ¿Hay algo que le agradezca a las monjas del colegio donde estudió?
R. Lo único que les agradezco es que me enseñaran francés. Porque lo demás, pues… todo el tiempo nos metían el sentimiento de culpa.
P. Cuando hoy escucha el nombre de su exmarido, Francisco Forteza, ¿qué es lo primero que le viene a la mente?
R. No sé… Fue una época muy dura. Pero es el padre de mis dos hijos y prefiero no hablar del tema, porque después ellos se enfadan.
P. El otro día dijo que si pudiera regresar en el tiempo no volvería a tener hijos a la edad en la que los tuvo. ¿Qué les pareció a ellos ese comentario?
R. No me han dicho nada. Pero pienso que es normal lo que dije. Antes te casabas con 20 años y no tenías otra elección. Lo que dije fue que si hoy fuera una mujer de 20 años no tendría hijos. Mi hijo y su mujer, que me han dado una nieta, esperaron a tener treinta y pico para ser padres. Muy bien.
P. ¿Qué aprende una abuela como usted de una nieta como la suya?
R. Pues tiene 13 años y ahora tengo más dificultades para entenderme con ella que cuando era más pequeñita. Pero estoy intentando aprender a tratarla. ¡Uy, a ver si ahora se va a enfadar la nieta!
P. Ha dicho en más de una ocasión que tampoco habla sobre el director Pedro Almodóvar “porque se enfada”. ¿Le tiene miedo?
R. ¿Miedo? ¡Ninguno! Hablo de él con mucho sentido del humor. Pasé grandes momentos a su lado, me ha dado papeles cojonudos… Pero, chico, es que no le gusta que hable de él. Se lo toma como si yo me aprovechara de algo, no sé.
P. ¿Hoy entre ustedes dos hay más despecho o más nostalgia?
R. Ni una cosa ni la otra. Como soy muy positiva, me acuerdo más de las cosas agradables. Porque con él he pasado momentos fantásticos. Pero han sido suficientes.
P. Asegura de usted misma que no es alta ni guapa ni lista, pero mire lo bien que le ha ido.
R. Tengo cuerpo pobre, con lo cual me puedo disfrazar de cualquier cosa. Y, eso, para un artista, es tener mucha suerte. La prueba es que justamente por eso no me ha faltado trabajo.
P. ¿Por qué en sus películas los sentimientos suelen salirle en clave cómica?
R. Muchas veces me tienen que cortar en ese sentido. Porque hago o digo algo en una escena y la gente del rodaje se ríe. Es porque tengo tendencia a ver la parte cómica de las cosas.
P. Tiene un César francés, pero también cuatro Goyas españoles. ¿Qué es más especial para usted?
R. Pues no lo sé. Es que a mí los premios, pues… A ver, cada premio tiene su satisfacción particular.
P. ¿Le costó mucho conquistar al público francés?
R. Sí. Tardé 20 años. Es un país muy difícil, pero cuando les conquistas te tratan muy bien.
P. A lo largo de su carrera ha hecho muchas escenas surrealistas, pero ¿qué es lo más surrealista que le ha pasado en la vida?
R. Llegar hasta donde he llegado como actriz. Porque no me lo esperaba. Bueno, quizá mi encuentro con Almodóvar también fue surrealista. Éramos muy diferentes, ¡pero nos entendíamos de puta madre trabajando!
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