En el museo
Quienes sigan emperrados en que la moda es cosa de tres trapos solo tienen que pasarse por el Thyssen de Madrid para ver 'Vogue Like a Painting'
Todavía sigue habiendo recelosos que creen que los museos (en la concepción clásica: pinacotecas y similares) son compartimentos estancos, zonas puras donde no entran aires del exterior, en las que no pueden colocarse más que obras maestras creadas por señores autorizados y filtradas por unos cuantos mandarines ídem. Permítanme disentir, al menos como espectadora y sin apenas saber de museística. Cuadros y esculturas son de agradecer, pero sean bienvenidos los cambios, grandes y pequeños, en las salas. Especialmente interesante es introducir temáticas poco frecuentes en ellos pero imprescindibles de analizar estos días, también por su cercanía al arte: la tecnología, la gastronomía, los videojuegos o incluso la moda.
Quienes sigan emperrados en que la moda es cosa de tres trapos y quieran distanciarla de las disciplinas artísticas solo tienen que pasarse por el Museo Thyssen de Madrid para ver Vogue Like a Painting. Vayan con calma, decididos a echar un rato largo en las 60 fotografías que cuelgan en las paredes debajo de monets, picassos, dureros y kandinskys. Las fotos de esa exposición temporal no son de tales maestros, pero hay muchas que les replican, modernas continuaciones. Imágenes en las que triunfa el color, la composición, la delicadeza. Que parecen cuadros de Hopper con Claudia Schiffer como protagonista o con tres muchachas danzando en Taormina como si de tres gracias se trataran.
Sacúdanse prejuicios y corran, que acaba este lunes 12. Que a ver cuándo vuelven a ver a la moda y la fotografía juntos y revueltos en un señor museo.
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