El día que el presidente Obama no hizo caso al Servicio Secreto

Se comió los restos de un salmón medio devorado por un oso, escaló y se colocó sin dudarlo en situaciones peligrosas. Cuando Barack Obama aceptó participar en el programa de supervivencia de ‘Bear’ (Oso) Grylls, lo hizo con todas las consecuencias y probablemente con la opinión en contra de su Servicio Secreto. “Fue un programa diferente por los 60 agentes del Servicio Secreto y los helicópteros sobrevolándonos. Pero él no pudo estar más simpático”, ha contado el exsoldado británico sobre su experiencia junto al presidente de Estados Unidos.

Bear Grylls ha desgranado algunos detalles de su experiencia con Obama en una radio estadounidense, como los días previos al encuentro en el que el equipo de seguridad del mandatario le estuvo marcando lo que podía hacer o no el presidente. “Por ejemplo, si iba a comer cualquier cosa tenía que ser aprobado por su chef, como cualquier bebida, y no podía hacer nada demasiado peligroso”, cuenta Grylls, quien asegura que en el momento en que se inició la grabación se dio cuenta de que Obama quería participar con todas las consecuencias. Así, Obama se animó a bajar una fuerte pendiente del Glaciar Exit de Alaska (Estados Unidos) para demostrar a su equipo sus capacidades y comió —cocinado en una hoguera— un pescado mordisqueado previamente por un oso (un detalle que el presidente le hubiese agradecido no conocer). “Terminamos haciéndolo todo y le encantó. Después, creí que los chicos del Servicio Secreto me iban a decir algo, pero todos se rieron y se lo pasaron bien”, cuenta el presentador de El último superviviente y aventurero en el programa Breakfast Show de Absolute Radio Christian.

Eso sí, como confirmó Josh Earnes, portavoz de la Casa Blanca, no se aceptaron todos los retos propuestos por Bear Grylls. Al final, unas fotos compartidas en las redes sociales como previa a la emisión del programa de finales de año en la cadena NBC. Y Obama, quien participó en el show para llegar a más público con su mensaje para la protección del medioambiente, también se llevó otro recuerdo: la navaja de Grylls. “Unos días después el equipo de Obama me mandó un encantador email en el que me comentaban que sigue jugando con el cuchillo”, comentó orgulloso en antena quien en una ocasión hizo que la actriz Michelle Rodriguez se bebiera su propia orina. Tal y como Obama reconoció, para él fue uno de los mejores días de los casi ocho años de su presidencia: "Primero no estoy en la oficina. Y segundo, no llevo traje".