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Bodas rodeadas de misterio

El enlace entre Jennifer Aniston y Justin Theroux pone en evidencia la difícil tarea de casarse en secreto

Jennifer Aniston y Justin Theroux en la fiesta de vanity Fair.
Jennifer Aniston y Justin Theroux en la fiesta de vanity Fair.Getty

Una boda de famosos “secreta” en época de las redes sociales, parece una paradoja hollywoodiense como esa de los “divorcios amistosos”. Aún así, a juzgar por el número de estrellas que intentan casarse sin testigos y lejos de los entrometidos objetivos de los paparazi —Jennifer Aniston y Justin Theroux, que contrajeron matrimonio el 5 de agosto en su casa de Bel-Air de Los Ángeles, han sido los últimos en hacerlo—, las bodas clandestinas se han convertido en uno de los símbolos de estatus más importantes de Hollywood.

Cameron Díaz y Benji Madden, Johnny Depp y Amber Heard, y Zooey Deschanel y Jacob Pechenik son algunas de las numerosas parejas que desataron incontables teorías en los medios de comunicación sobre sus enlaces furtivos que, en general, lograron celebrar en privado y sin el acoso de la prensa del corazón. Incluso los amigos, también famosos, que consiguen una de las codiciadas invitaciones reconocen que en los tiempos que corren y entre las celebridades, el regalo más importante en todas las listas de boda es el silencio.

“Me da miedo hablar de esa boda porque todo el mundo tiene la obligación de guardar silencio”, decía el humorista Howard Stern, uno de los invitados a la ceremonia de Aniston y Theroux, en un programa de SiriusXM. Pero por mucho que las estrellas intenten esconderse bajo el manto del silencio, las filtraciones son inevitables.

Lo mejor es que los invitados no sepan adónde van a ir hasta el último momento

Por ejemplo, se cuenta que Aniston y su marido escondieron sus trajes en una casa vacía al lado de la suya y les dijeron a los invitados que lo que iban a celebrar era el cumpleaños número 44 de Theroux y no una boda. Sin embargo, y a pesar de los trucos para despistar, al cabo de unos días, los tabloides ya conocían la lista de invitados (entre los que se encontraban Lisa Kudrow, Orlando Bloom y Lake Bell), el traje de novia de Aniston y su tarta adornada con teleñecos. Lo cierto es que todos los esfuerzos de las estrellas son insuficientes. Incluso la boda más discreta es un trabajo colectivo y, por eso, a los organizadores de enlaces, encargados de supervisar la celebración, les corresponde asegurarse de que todo el mundo, incluidos los invitados, guarden silencio.

Cameron Diaz y Benji Madden en el aeropuerto de Nueva York.
Cameron Diaz y Benji Madden en el aeropuerto de Nueva York.Xposure

“No hay medias tintas: o es un secreto absoluto o está en todas partes”, asegura Marcy Blum, la organizadora de varias bodas de famosos, como la secretísima ceremonia del jugador de baloncesto LeBron James en 2013 —en las invitaciones impresas ni siquiera se mencionaba la hora o el lugar—. “Gracias a los teléfonos móviles, el portal TMZ ni siquiera tiene que vigilar una boda para que haya una filtración”, asegura.

En las bodas, lo importante es el lugar. Para JoAnn Gregoli, propietaria de Elegant Occasions, empresa organizadora de eventos en Nueva York, el secreto es buscar lugares a los que sea difícil llegar.“Por eso es mejor hacerlo dentro de un edificio, así, las posibilidades de que la gente lo vea son menores. O se puede usar una carpa. Pero, ¿cómo haces que sea bonito y romántico si lo cubres todo?”.

Mantén cerca a tus amigos. “Si realmente quieres mantenerlo en secreto, tienes que invitar a menos de 100 personas, y eso es tirando muy por lo alto. En segundo lugar, es mejor que la gente no tenga idea de adónde va a ir. Cuando organizamos la boda de LeBron, enviamos una invitación en la que se decía que se iba a celebrar en algún lugar de la Costa Oeste, pero no dimos detalles hasta que se acercó la fecha”, cuenta Andrea Correale, de Elegant Affairs.

Johnny Depp y Amber Heart.
Johnny Depp y Amber Heart.Getty

Nadie está por encima de la ley. “A los invitados les puedes rogar que no saquen fotos, pero tú sabes que si lo hacen seguro las publicaran en Instagram, así que simplemente nos adelantamos y les pedimos que entreguen sus teléfonos. Algunas veces les puedes pedir que los apaguen, pero casi nunca lo hacen. Algunos incluso se ofenden. Hubo un famoso que me dijo una vez que no pensaba hacerlo. Tuvimos que vigilarle toda la celebración. Alguien puede sacar una foto solo por sacar una foto, y luego guarda el teléfono. Pero si toma una instantánea y empieza a teclear al mismo tiempo, estás perdido, la ha filtrado”, relata JoAnn Gregoli.

© 2015 New York Times News Service. Traducción de New Clips / Paloma Cebrián

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