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Tom Brady, un héroe en apuros

El marido de Giselle Bündchen declara por el caso de los balones desinflados, un escándalo que ha puesto en duda la idílica imagen pública de la pareja

Tom Brady, a su llegada al juicio.
Tom Brady, a su llegada al juicio.SHANNON STAPLETON (REUTERS)

“Los Brady- Bündchen son oficialmente una de las familias más perfectas de América”, titulaba la revista Vanity Fair en el mes de febrero después de que Tom Brady ganará con su equipo la Superbowl, y las fotos con la supermodelo brasileña y sus dos hijos, dieran más vueltas al mundo, que la del quarterback con sus compañeros de los Patriots levantando la copa. La publicación colocaba a la pareja en tercer lugar de “familias americanas perfectas”, después de los aún reyes indiscutibles Beyoncé y Jay-Z; y los Obama. Ricos y atractivos, Giselle Bündchen, hasta su retirada, encabezó ocho años la lista de las modelos mejor pagadas; y él, como líder de los Patriots, es uno de los deportistas más admirados y populares. Casados desde 2009, con dos hijos –más uno que tuvo él con su anterior pareja, la actriz Bridget Moynahan–, juntos, son la pareja perfecta. Y la segunda más poderosa (nuevamente, tras Beyoncé y Jay-Z), según Forbes.

Pero desde el pasado mes de mayo, no todo es tan perfecto en la idílica vida de los Brady-Bündchen. Fue entonces cuando la liga de fútbol americano (NFL) publicó un informe en el que se denunciaba el uso de balones desinflados en la final de la Conferencia Americana, en la que Brady y su equipo acabaron ganando, y les condujo hasta esa Superbowl, que también ganaron y llevó a la familia Brady-Bündchen a las portadas de todo el mundo. Un título y un momento que ahora se ve ensombrecido porque, según el informe, el marido de la modelo brasileña habría estado “más o menos al tanto” de la manipulación que realizaron dos empleados de los Patriots y le habrían permitido a él agarrar mejor el balón.

El quarterback Tom Brady.
El quarterback Tom Brady.TIMOTHY A. CLARY (AFP)

Como consecuencia del escándalo, bautizado como Deflategate, se sancionó a los Patriots con una multa de un millón de dólares y al quarterback con la suspensión de los primeros cuatro partidos de la temporada. Una medida que tanto él, como otros jugadores, han considerado exagerada y que ha puesto en jaque la buena imagen de Tom Brady. Y por extensión de su envidiada familia.

Brady recurrió la sentencia y este martes se desplazó a Nueva York para declarar ante la comisión de la NFL. Una audiencia que se esperaba fuera de un máximo de cuatro horas, se alargó hasta casi 11 en las que declaró bajo juramento que “si hubo un plan para desinflar balones por debajo de los niveles permitidos durante la Conferencia Americana de enero en la que ganaron frente a los Indianápolis Colts, él no sabía nada de ello ni lo ordenó”, le dijo una fuente al diario USA Today.

Gisele Bündchen y Tom Brady pasean en Nueva York.
Gisele Bündchen y Tom Brady pasean en Nueva York.CORDON PRESS

A su llegada a las oficinas de la NFL, a Brady le esperaban un puñado de fans, algunos con camisetas en las que se leía “Free Brady” (Liberen a Brady). El quarterback no dio declaraciones a los periodistas ni antes ni después de la apelación, pero su abogado, Jeffrey Kessler, aseguró que tenían un caso “muy convincente” que negaba y probaba que Brady estuviera implicado en el asunto.

Según la prensa americana especializada, Tom Brady no estaría tan interesado en que le levanten la sanción de los cuatro partidos, en concreto, como en conseguir limpiar su imagen. Con su currículum lleno de trofeos, está considerado uno de los mejores quarterbacks de la historia del fútbol americano, y esta sanción podría dañar su legado. Algo ante lo que ni la mejor de las sonrisas de Brady y Bündchen pueden ayudar. O quizá sí. “El mejor aliado de Tom Brady es… Tom Brady”, tuiteaba ayer un reportero habitual de la NFL. El carisma del jugador quizá le salve a sí mismo.

 

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