Kanye West, Apple y Adidas quieren a este tío
Hudson Mohawke es el productor más reclamado del momento. Acaba de publicar 'Lanterns' y actúa este sábado en Mulafest


Es uno de los productores más solicitados de esta época tan marcada por la saturación electrónica. Sus diferentes trabajos junto a luminarias como Kanye West, Antony o Bjork han aupado la labor creativa del escocés Ross Richard, más conocido como Hudson Mohawke, a cotas antes impensables para un beatmaker. Ahora aparece su segundo largo para Warp, Lantern, un disco dondeahonda en la música que le ha ido definiendo: hip hop instrumental,samplesacelerados, sintes desbocados, percusiones juguetonas, teclados raver, melodías de neón y ritmos retorcidos. “No abandono los samples, pero hago un mayor uso de instrumentos reales. Mi anterior disco fue un collage de diferentes trabajos que fui juntando a lo largo de varios años. Esta vez las canciones tienen más unidad. Se pueden apreciar los cambios que he vivido a lo largo de este tiempo”, comenta el músico de 29 años, refiriéndose a su evolución de artista de dormitorio a productor con entidad propia.
No le ha resultado sencillo hilvanar un disco donde se han disparado todas las expectativas y colaboran solistas como Antony, Miguel o el francés Irfane. “Estos dos últimos años no he tenido tiempo para mí. El trabajo como productor para G.O.O.D. Music, los continuos bolos con TNGHT y el último disco de Kanye West me han tenido realmente atrapado y sin tiempo para mis composiciones”. Remezclas para Four Tet, Battles, Azealia Banks o Disclosure han hecho que su nombre esté en boca de cada vez más gente; marcas como Apple o Adidas han requerido de sus servicios para poner música a diferentes anuncios; el sello de West lo fichó para su división de productores, Very Good Beats; y la ascensión planetaria de la EDM catapultó el proyecto que tenía junto a Lunice, TNGHT, a unos niveles que ni él mismo esperaba y al que hace unos meses decidió dar un respiro. “Llegó un momento en que TNGHT se estaba haciendo cada vez más grande y parecía que podía ser más importante que nuestros trabajos en solitario, algo que no queríamos. Por otra parte, los festivales de EDM se están convirtiendo en una auténtica locura. Es muy probable que la gente que acude a ellos no comprenda bien la otra música que hacemos”, explica.
Parece que haya pasado toda una vida desde que HudMo fuera seleccionado con 15 años como el finalista más joven del campeonato de turntablism DMC. Unos años más tarde, el de Glasgow ya hacía sus pinitos como productor en el ordenador de sobremesa que tenían sus padres en el salón de casa. Aquellas primeras composiciones ya venían marcadas por un desmedido gusto por la cultura rave y las voces pasadas de pitch.
Sería gracias a las fiestas de un grupo de amigos en su ciudad natal, allá por 2007, cuando tomaría forma el colectivo LuckyMe. Sello y plataforma que alojaría a algunos de los productores más prometedores del presente: Rustie, Mike Slott o su compañero Lunice. Ellos darían nombre a una nueva corriente dentro de la música de baile llamada Wonky, también denominada Aquacrunk. Una progresión colorista y bastarda del boogie electrónico surgida en la década de los ochenta. “Aunque mi crecimiento haya sido más lento que el de otros productores de mi generación, me siento muy satisfecho con el camino que he tomado. Hubo mucha gente que me sugirió otras formas más sencillas”, sentencia.
Al final, el trabajo dio sus frutos. El joven productor se encuentra en el momento más dulce de su carrera. Su colaboración junto al rapero de Chicago en Yeezus, donde también conoció a Rick Rubin, no solo le ha permitido ver colmadas sus aspiraciones como productor de éxito, sino que ha podido aplicar lo aprendido en su nuevo trabajo. “Aprendí de Rick a distinguir qué es necesario y qué no de una canción. Él no toca nada. Solo utiliza sus oídos”, apunta.
Lantern parece el resultado lógico de esta idea. Un disco trabajado hasta la extenuación, que le ha obligado a moderar su discurso y definir sus intereses: melodías de videojuego más contenidas, inclinaciones pop, sinfonías futuristas y tonos flúor donde alternar bases menos aceleradas.
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