Enrique, “el príncipe buenorro”
El nieto de Isabel II arrasa entre los australianos durante su visita oficial
"Your royal hottness", [su alteza buenorro]. Con estos carteles recibieron decenas de jóvenes australianas a Enrique de Inglaterra junto a la emblemática Ópera de Sídney. El príncipe apareció luciendo un uniforme verde caqui y una boina negra, la misma indumentaria que utilizó para llevar a cabo una serie ejercicios militares sobre la bahía. Mujeres jóvenes y otras algo más veteranas esperaban al nieto de Isabel II a la salida de su visita guiada por la Ópera. Una joven rubia ataviada con un vestido de lentejuelas con los colores de la bandera australiana exhibía un cartel distinto: “Cásate conmigo, es la última oportunidad”. Enrique prefirió dejar pasar la oportunidad, pero obsequió a la australiana con un sonoro beso en la mejilla. “He recibido más de un beso”, reconoció el príncipe con cierta timidez durante una rueda de prensa posterior a la comparecencia.
El hijo de Carlos de Inglaterra y Diana se topó también con una excursión escolar que tenía programada una visita al jardín botánico, junto a la Ópera. Las niñas de apenas diez años lanzaban risitas nerviosas ante la presencia Enrique de Gales, que se paró a charlar con ellas y no dudó en abrazar efusivamente a su joven profesora. “Esta era mi primera excursión con la escuela y ha sido un éxito”, ha declarado la maestra, algo turbada, al canal Channel 9.
Enrique ha pasado un mes en Australia como parte de un intercambio con el Ejército de este país. El príncipe ha estado la mayor parte de su tiempo en lugares remotos. Acampó varias noches junto a la población de Wuggubun, donde aprendió técnicas de supervivencia en el desierto australiano y conoció a representantes de la comunidad aborigen de la zona. En el también remoto Territorio Norte sirvió con la NORFORCE, una unidad del Ejército de mayoría aborigen que tiene como misión defender el norte del país. Además, visitó a los veteranos de las fuerzas armadas australianas y pudo aprender más sobre los programas de rehabilitación disponibles para militares heridos en acción.
Sin embargo, los episodios más comentados de la visita del príncipe a Australia han tenido que ver con la comida. Durante la semana, varios periódicos recogían la noticia –con fotografía incluida- de que el joven se había comprado un bocadillo de carne de cerdo con extra de picante en una panadería vietnamita junto a los barracones del Ejército en Sídney. “Me alegro de ver que los medios australianos mantienen a todo el mundo al día sobre mis habitos alimenticios”, bromeó ante la prensa.
El próximo sábado, Enrique de Gales viajará a Wellington, Nueva Zelanda. Allí deberá llevar a cabo una serie de ejercicios militares y tendrá la oportunidad de aprender la ‘haka’, la danza guerrera típica del pueblo maorí.
Tras este viaje, el príncipe, que ha estado destinado a Afganistán dos veces, abandonará el Ejército y pondrá fin a una carrera militar de diez años. La semana que viene de Gales regresará directamente a Inglaterra, a tiempo para conocer a su sobrina, la princesa Carlota Isabel Diana, nacida el pasado 4 de marzo.
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