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Las herederas de Hollywood pasan de Hollywood

Sasha Spielberg y Emily Goldwyn tienen su primer éxito lejos de la industria que encumbró a sus padres: en la red social Snapchat

Emily Goldwyn, Sasha Spielberg y Rylee Ebsen.
Emily Goldwyn, Sasha Spielberg y Rylee Ebsen.Snapchat

Hollywood adora tener sus familias reales particulares. Es una industria que venera a sus ídolos hasta el punto de desear que el talento se herede y reproduzca generación tras generación. Que se lo digan a Dakota Johnson, y la atención que recibió, del brazo de su madre Melanie Griffith, en sus primeros Oscar tras el éxito de 50 sombras de Grey. La lista es infinita y puede ir de Liza Minnelli al último it boy, Jack Kilmer.

En este "juego de tronos" con glamour, los apellidos Spielberg y Goldwyn tienen un lugar y peso privilegiados. Sin embargo, y para desgracia de Hollywood, las herederas de estos apellidos, Sasha Spielberg y Emily Goldwyn, están buscando un hueco en el mundo del arte lejos de sus padres, fuera de la Meca del cine. Entre las dos han escrito y protagonizado Literally Can’t Even, la primera serie para Snapchat, la red social de los millennials en la que los mensajes tienen una duración determinada por su creador. “Trabajar con Snapchat se percibe muy lejos de Hollywood”, confirma Emily Goldwyn que, ya había sufrido junto a Sasha los trucos de la industria cuando vendieron a ABC la idea de una sitcom que nunca llegó a producirse.

El director de Steven Spielberg junto a su hija Sasha.
El director de Steven Spielberg junto a su hija Sasha.Cordon Press

Sasha Spielberg, de 24 años, es una de los siete hijos de Steven Spielberg, nacida de su segundo matrimonio, con la actriz Kate Capshaw. Emily Goldwyn, de 25, es hija del productor John Goldwyn, nieta de Samuel Goldwyn Jr y bisnieta de Samuel Goldwyn, uno de los padres fundadores de Hollywood. Las dos nacieron y crecieron en Los Ángeles donde se conocieron a los seis años en una clase de “espiritualidad para niños”, contaba Sasha Spielberg en el New York Times. “La cosa más ‘Los Ángeles’ posible”.

Precisamente, Sasha y Emily han basado su serie en esa vida angelina que compartieron primero en el colegio Malborough solo para chicas y retomaron tras sus respectivos pasos por las universidades de Brown y Stanford. Con una duración media de cuatro minutos y una permanencia en la red de 24 horas, cada capítulo, estrenados entre el 31 de enero y el 21 de marzo, era una burla de su vida en la ciudad californiana: sus rupturas amorosas, las dietas de depuración, las relaciones superficiales… Eso de lo que han sido parte, aún son parte, pero no parecen querer serlo más.

El productor John Goldwyn junto a su hija Emily.
El productor John Goldwyn junto a su hija Emily.Cordon Press

Como dice Sasha Spielberg lo malo no es crecer en una familia famosa, sino, simplemente, “crecer en Los Ángeles”. “¿Quién sabe si eso se puede considerar normal?”, bromeaba hace poco en una entrevista. La hija del director de Tiburón que ha aparecido brevemente en alguna película de su padre, como Munich o La terminal, además, tiene un grupo de música con Theo, uno de sus hermanos mayores, al que dedica el resto de su tiempo actualmente. Lo crearon una tarde de 2010 “en una hora”, de manera muy orgánica; lo complicado fue después luchar contra los prejuicios de críticos y otros profesionales que les valoraban por su apellido.

“El apellido puede ser una bendición o una maldición”, decía Sasha en una entrevista hablando de Wardell, la banda de música de los dos hermanos. “En el campamento fingía que no era mi apellido, pero entonces vi La lista de Schindler y me dije a mí misma: ‘¿Sabes qué? Lo aceptaré”.

Emily Goldwyn, en cambio, cuando no se dedica a la serie de Snapchat, apoyada por su padre, aunque no entienda que le dedique tanto tiempo a algo que “desaparecerá en un día”, lo pasa subiendo vídeos a otras redes sociales y acaba de firmar como asistente de guionista para un piloto de HBO. Esta vez, un camino no tan lejano de Hollywood.

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