Taylor Swift no quiere estar en páginas porno
La cantante adquiere las direcciones TaylorSwift.porn y TaylorSwift.adult para evitar que su nombre esté ligado a páginas eróticas
Más vale prevenir que lamentar. Si en octubre del año pasado Ashton Kutcher compraba todos los dominios de Internet con el nombre de su hija Wyatt Isabelle, para preservar la ciberidentidad de la pequeña, esta semana se ha unido a esta tendencia la cantante pop del momento, Taylor Swift. Según la cadena CNN, el equipo de la intérprete, de 25 años, decidió adquirir las direcciones TaylorSwift.porn y TaylorSwift.adult para cuidar a la cantante de cualquier ataque cibernético y de que usen su identidad.
La compra surge después de que se notificara que dichos dominios web estarán a disposición del público a partir del 1 de junio. Ahora bajo este nuevo esquema de Internet en Estados Unidos, un número de nombres de dominios controvertidos estarán disponibles a partir de junio, y según explica CNN dentro de los más afectados podrían estar los nombres de celebridades, figuras públicas y empresas. La revista AdWeek anuncia que además de los conocidos .com y .net, también se podrán adquirir dominios en .sucks, con precios que podrían llegar hasta los 2.500 dólares (2.300 euros).
Al equipo de Taylor Swift le sobran los motivos para querer proteger la imagen y privacidad de la cantante. En enero de este año las cuentas de Swift en Instagram (con más de 20 millones de seguidores) y Twitter (más de 51 millones) fueron pirateadas y usadas con la intención de vender unas supuestas fotografías en las que aparecería desnuda. Sin embargo, la cantante se burló del percance. “Hackers dicen que tienen imágenes mías 'desnuda'. Darían lo que fuera por tenerlas pero no las tienen. Suerte con el Photoshop, porque no tienen nada”, tuiteó Swift.
Al igual que Taylor Swift o Ashton Kutcher —que en su momento aseguró que: “¡No quiero un sitio de pornografía con el nombre de mi hija!”—, empresas como Microsoft también han optado por hacerse con todos los dominios antes de que salgan a la venta y puedan caer en manos de un troll.
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