Con 700.000 habitantes, olvidada durante medio siglo y con una gran herencia internacional. Bajo el reinado de Mohammed VI se ha convertido en una de las ciudades más dinámicas de Marruecos y del Estrecho. Tiene un futuro turístico y en torno a ella se ha creado un nudo de comunicaciones de seguridad militar en el Estrecho y de comercio con los puertos Tánger Med 1 y 2.