La política es un arte culinario
El español es un ser abocado a los extremos. Prefiere negar antes que afirmar; no le entra en la cabeza la posibilidad de comprender al adversario y la de que éste le convenza; si frente a aquél no pueden las razones, apela a las voces; y el caso es imponer su criterio como sea y, por supuesto, sin escuchar antes. El panorama político, social y económico es poco esperanzador, y el pesimismo es el pan nuestro de cada día; y en ese empobrecimiento galopante que nos rodea, incluso faltan escritores e intelectuales de la talla, por ejemplo, de Delibes, que pongan el dedo en la llaga de esta España desnortada y sin asideros morales. Y se está cumpliendo, cada día más, la antigua divisa de que la política es un arte culinario, no para dar de comer a los pueblos, sino para matar el hambre de cuatro vividores.— José Fuentes Miranda. .
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