Las marquesinas de Madrid
¿Hacía falta poner todo Madrid patas arriba cambiando las marquesinas? Me da igual que la pague la empresa anunciante. Para empezar, son más feas que las marrones y, segundo, lo del asiento dividido para que no se tumben los sin techo, absurdo. Están en todos los soportales de tiendas, bancos, etcétera. En lugar de poner impedimentos, lo que hay que hacer es buscar la manera de que no haya personas que tengan que dormir en la calle con este frío. Por último, los contenedores para las pilas recicladas: en los anteriores estaban como en unas barquetas con la ranura en horizontal, ahora la ranura es en vertical y a una altura como para la manita de un niño de cinco años. Yo me ocupo en la oficina de ir guardando las pilas gastadas y cuando tengo la caja llena las bajo a reciclar, y como hay que ir metiéndolas de una en una, voy a coger lumbago de estar un rato doblada echándolas.
Ciudad absurda esta de Madrid.— Margarita Goyoaga Pérez.
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