El turismo de esta zona del país suele ser de menos poder adquisitivo que otros, como Punta Cana. Italia es uno de los países de origen extranjero más frecuente.Orlando BarriaAunque como destino turístico ha predido lustre y prestigio, los fines de semana, como el que ilustra la foto, las playas de Boca Chica se siguen llenando. Es una de las playas más cercanas a Santo Domingo, la capital, así que es frecuentada a menudo por sus habitantes.Orlando BarriaLa playa de Boca Chica está plagada de vendedores de artículos de todo tipo y comida. En ocasiones, son ellos los que ponen en contacto a los menores con sus clientes.Orlando BarriaLa playa de Boca Chica, vista desde el mar. Se hace pie a decenas de metros de la orilla. Tanto, que se puede llegar andando a una islita que hay frente al litoral. Muchos intercambios sexuales se consuman allí, según cuenta la asociación Caminante.Orlando BarriaA unos metros de la playa, Gabriela Flores pasea por las calles donde se prostituía cuando era menor. Ahora, con 23 años, es peluquera, pero reconoce que en ocasiones va en busca de clientes para sacar un dinero extra para sacar adelante a sus cuatro hijos.PABLO LINDELos comerciantes de la zona quieren limpiar el nombre de Boca Chica como destino sexual concienciando a todos los actores implicados en denunciar y perseguir el delito de prostitución infantil.Orlando BarriaDos niños juegan tranquilamente en la playa de Boca Chica. Otros, no mucho mayores que ellos, son obligados a prostituirse.Orlando BarriaLa impunidad en torno a la explotación sexual es casi total. No solo para los clientes; también para quienes explotan a los menores. Hasta la segunda década de este siglo, prácticamente no se luchaba contra esta lacra: entre 2003 y 2011 hubo solo tres condenas en toda la República Dominicana por prostitución de menores.Orlando Barria
