Carreras en el parque

Los parques nacionales se crearon para que las personas encontraran espacios de paz y sosiego fuera de los agitados lugares donde residían. La declaración del parque nacional del Guadarrama en junio de 2013 contempla ese objetivo. El cuidado de su valiosísimo patrimonio cultural, científico y educativo es meta prioritaria de dicha declaración. Y, en efecto, la potencialidad pedagógica de sus paisajes es inmensa. El documento explica el “estricto régimen al que se somete la actividad humana” para “la conservación de los ecosistemas y la viabilidad de su evolución”.

Pero sucede que la masificación, las carreras, la proliferación de bicicletas han entrado de lleno allí. Quienes están paseando por sus caminos oyen cada dos por tres el aviso de los ciclistas que les obliga a apartarse o detenerse en los senderos por donde andan. Igualmente, las carreras a pie que se organizan, con numerosísimos participantes, junto a su impacto sobre el medio físico y la fauna dejan su huella en la imagen del parque. Pues de ser un espacio caracterizado por los valores mencionados, acaba convertido en otro donde priman la competición y la velocidad, significados aceptables, aunque en el contexto de un estadio.— José Arias Martínez.