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Marina Picasso vende la herencia de su abuelo

La nieta del pintor pretende vender siete de las obras que el pintor dejó como herencia y una mansión familiar. Por todo obtendría 241 millones

Álex Vicente
Marina Picasso, ante la obra de su abuelo 'Mujer sentada con vestido gris'.
Marina Picasso, ante la obra de su abuelo 'Mujer sentada con vestido gris'.CLAIRE LEBERTRE (AFP)

Dando un paso más en su alejamiento de ese apellido que ha arrastrado con dolor durante buena parte de su vida, Marina Picasso se deshará próximamente de parte de la cuantiosa herencia que le legó su abuelo. La nieta del pintor malagueño debería vender próximamente la mansión familiar de La Californie, adquirida por Picasso en 1955 y donde vivió con su segunda esposa, Jacqueline Roque, hasta 1961, en lo alto de la colina que separa Cannes de las localidades vecinas. Además, la nieta de Picasso también pretende vender siete de las obras que el pintor de dejó como herencia, pintadas entre 1905 y 1965, y estimadas en 241 millones de euros, según el diario New York Post. “Una forma de dejar atrás el pasado”, según declaró una amiga de la heredera a la cabecera neoyorquina.

Entre dichas obras, figuran Mujer con mandolina (1909), valorada en 50 millones de euros; Maternidad (1921-22), tasada en unos 45 millones; y un retrato pintado en los años veinte de su primera esposa (y abuela de Marina), la bailarina ucraniana Olga Khoholova, por el que se podrían pagar otros 50 millones. La nieta de Picasso debería encargarse personalmente de buscar comprador en Ginebra. La colección personal de Marina está compuesta por cerca de 400 pinturas y 7.000 grabados, dibujos y esculturas, que la convierten en propietaria de uno de los mayores conjuntos picassianos del planeta. En el pasado, la nieta del artista ha asegurado que no le gustan todas las obras, en especial “las más violentas”, pese a entender “su importancia”.

No es la primera vez que pone en venta una parte de esa colección personal, que en el pasado le ha servido para sufragar distintas causas filantrópicas. Marina Picasso preside una asociación de ayuda a los niños vietnamitas (hace décadas adoptó a tres, además de tener dos hijos biológicos) y es una conocida militante antitaurina, en una curiosa estocada a su abuelo, reconocido amante de la corrida y su simbología.

¿Qué reprocha Marina Picasso a ese genio que tuvo como abuelo? Prácticamente todo, y no necesariamente sin razón. En 2001, la nieta de Picasso publicó un volumen biográfico titulado Grand-père (Abuelo), donde describía la relación tóxica de su familia con el pintor y afirmaba que necesitó 14 años de psicoanálisis para liberarse de su recuerdo. “Llevó a todos los que se le acercaban a la desesperación”, escribió entonces. También aseguró que Picasso le transmitió esa herencia “sin amor” y que el suicidio de su hermano mayor Pablito a los 24 años –tras ingerir una botella de lejía en 1973, poco después de la muerte de Picasso en Mougins– fue consecuencia directa de la decisión de Jacqueline Roque, última mujer del pintor, de no dejarle asistir al funeral para despedirse de él.

“No escupo sobre mi apellido, pero es difícil de llevar”, volvió a decir hace dos años, tras la inauguración de la muestra Picasso: el desnudo en libertad en La Californie, esa morada con vistas a la bahía de Cannes que ahora pretende vender, en la que nunca le gustó vivir por “recordar demasiado el pasado”. “La gente cree que al llamarse Picasso uno lo tiene todo, pero eso está lejos de la realidad. Uno posee cosas, desde un punto de vista material, mucho más que otras personas, pero hay tantas otras cosas importantes en la vida... Mi combate ha consistido en existir por mí misma, más que por ese apellido”. En 2013, en el 40º aniversario de la muerte del pintor malagueño, Marina Picasso insistió en que no tenía especial apego por su memoria. “A causa de mi historia familiar, dispongo mucha distancia respecto a este año de conmemoraciones”, explicó al semanario L’Oeil. “No me siento particularmente emocionada ante los 40 años de su muerte. Cuanto más me aleje de lo que viví de joven, mejor para mí”. La venta de siete de sus obras formaría parte de esa misma voluntad.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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