_
_
_
_
_
EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Accidentes y rescates

La falta de experiencia y de planificación es una de las principales causas de los accidentes de montañeros

SOLEDAD CALÉS

En mayo de 1953 el escalador neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay hollaron la cima más alta del planeta tras un esfuerzo titánico. Sesenta años después de histórica aquella hazaña, el Everest se ha convertido en una montaña turística a la que millonarios excéntricos ascienden rodeados de un ejército de porteadores cargados con bombonas de oxígeno y bolsitas de té. El alpinismo clásico, concebido como un desafío deportivo, ha dado paso a expediciones comerciales que han sepultado el espíritu aventurero de los que se consideraban a sí mismos “conquistadores de lo inútil”.

Sin necesidad de ir tan lejos, muchos escaladores aficionados y senderistas domingueros se lanzan a los montes españoles como quien va de pic-nic. Con una deficiente preparación y sin calibrar riesgos, son muchos los que se topan con adversidades que podrían haber sido solventadas, por ejemplo, con solo consultar el servicio meteorológico antes de emprender la marcha.

La falta de experiencia y de planificación es una de las principales causas de los accidentes en los que se ven involucrados montañeros. A veces el detonante es más grave: la imprudencia o la negligencia. Por un motivo o por otro, la Guardia Civil realizó el año pasado en los montes españoles casi 900 rescates de deportistas que habían sufrido percances, en los que se registraron más de 90 muertos. A veces, estas operaciones de auxilio provocan otros accidentes más graves, como el que este verano le ha costado la vida a tres guardias civiles en los Picos de Europa al socorrer a un joven con una fractura de tobillo. Los agentes fallecieron al estrellarse el helicóptero con el que habían llegado al lugar del suceso.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Aunque no sirven para evitar tragedias, algunas comunidades han impuesto a deportistas o excursionistas imprudentes, tasas que están obligados a pagar cuando los servicios de emergencias salen en su búsqueda. No cabe duda de que estos métodos pueden ser eficaces para mitigar los accidentes, aunque también sería bueno lanzar campañas de concienciación al estilo de las de tráfico. Y quizá un carné por puntos para montañeros descuidados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_