Un nuevo Hollywood

Es una pena que el verano 2014 se vaya agotando… y Madonna con su familia acaban de instalarse en Ibiza confirmando el exitazo de la isla con las supercelebridades. Para los que este año han estado midiendo la posible competencia entre Ibiza y Marbella, el aterrizaje de la diva junto a sus hijos, tras romper con su último toy boy, pone a la isla en lo más alto. Es mucho más que un destino. “Es un nuevo Hollywood”, sintetiza una anfitriona balear.

En una reciente cena en San Juan de Luz, en las antípodas de Ibiza, se comentaba la carta de vinos de LIO, el mítico nightclub en el puerto pitiuso. En ella pueden encontrarse botellas por 25.000 euros. “No es una ilusión óptica”, alertaron. Posiblemente datos de este tipo son los que han conseguido que el número de visitantes a España llegara a un récord histórico este verano. Nos hemos convertido en un país de contrastes.

Aprovechando ese récord y por primera vez en su historia ¡Hola! dedica un reportaje, trufado de nostalgia, al Pazo de Meirás. Con una exclusiva de Carmen Martínez de Bordiú como excusa, en la que confirma que se ha roto la relación con el rey del desguace (una pena, el noviazgo con Luismi fue un récord de diversión. ¡Qué buenos flamencos!). Junto a Carmen, deambulamos por el pazo público-familiar comprobando, entre trastos y recuerdos, que Meirás fue anterior a Marivent, ya que durante el antiguo régimen este pazo gallego sirvió de solaz para la primera familia del Estado. Después, con la jefatura del Estado monárquica, el verano abandonó la bruma atlántica y se acercó al sol que más calienta: el del Mediterráneo de Marivent. Hasta que se hicieron demasiadas partidas de pádel con la casta, o la clase, política. Hoy la relación Meirás-Marivent es escasa. Pero ambas residencias mantienen ese estatuto relajado y ambiguo que las hace únicas y admiradas. Incluso inexplicables.

Manderley, el castillo inglés al que siempre regresa Rebecca o la casa de la familia Adams, también huelen un poquito a Meirás, como ahora Marivent, solo ventilado con cariño por doña Sofía y su hermana Irene de Grecia, las únicas habitantes vivas del viejo, pero bien situado, caserón. España también es un país de palacios con fantasmas. Por eso conviene revisar bien el reportaje sobre el Pazo de Meirás y ese momento en el que una decoración familiar pasa a ser una historia cuya visión te deja como si acabaras de arrojarte un cubo de agua helada por la cabeza.

La otra noche en Miami, en el concurrido karaoke del club Casa Tua, una actriz venezolana confesó que había rechazado tirarse el cubo de agua helada que cientos de famosos instagramean desde hace una semana. “Mi amor, es que en Caracas casi no hay agua. ¿Cómo voy a restregarles en la cara que en el resto del mundo ahora está de moda echársela fría y una vestida?”.

La actriz tiene algo de razón. ¿Tienen cuerpo en Argentina, con su crisis de deuda, para arrojarse cubos de agua fría? El famosísimo y ya cansino reto del cubo de agua helada para recaudar fondos contra la Esclerosis lateral Amiotrófica (ELA) no solo ha conseguido llamativas solidaridades sino que ha hecho disfrutar a muchos comentando cómo lo hacen los más célebres: el futbolista Sergio Ramos nominó a su entrenador Ancelotti a seguir el reto, lo que podría entenderse como un gesto amistoso pero que compromete al entrenador a cumplirlo. A Shakira y a Piqué les han afeado que se arrojaran agua helada con unas ollas que más bien parecen propias de un cacerolazo soberanista. Y encima sobre una piscina hinchable. Sin olvidar que a Shakira le han arrojado otro cubo de agua fría con la sentencia estadunidense que afirma que su canción Loca no es tan solo un plagio sino que es un plagio de otro plagio. Shakira parece que no revisa el origen de sus éxitos.

A mi me ha nominado Martina Klein y me he encontrado con la inesperada situación que no tengo un cubo decente. Como en Miami todos los utensilios del hogar tienen vocación cursi o divertida, no he podido decidirme entre usar el de la fregona o una hielera de falsa plata con complicadas asas rollo Versace. Superado ese dilema viene el segundo: ¿Dónde lo haces? Quienes escogen la playa en el fondo quieren enseñar cuerpo, dejando el mensaje solidario en entredicho. Después de todo se trata de recaudar dinero para una enfermedad. ¡Qué divino sería hacerlo en Meirás y vestido de gala! “Es delicado, entras en una espiral de decisiones e indecisiones y pierdes la cabeza. Y el espíritu solidario”, apunta la actriz venezolana. Cierto es que arrojarse agua helada es una extraordinaria terapia para la reafirmación de la piel. Lo saben las esteticistas desde la última glaciación.

Antes de arrojarse el agua hay que continuar la cadena nombrando otros tres seguidores. Nominaría a Pepe Navarro, que ha declarado que la telebasura no era un estilo sino un insulto para desacreditar al competidor. A Paris Hilton, porque anda desatadísima entre Marbella e Ibiza, promoviendo nuestro país y asociándolo a su mítico apellido hotelero. Y a Patricia Yurena, la Miss España que se ha declarado gay, porque la belleza no conoce prejuicios.