Cuidemos el Espacio Natural de Doñana
Un año más la irracionalidad aflora con crudeza. Un año más decenas de miles de personas, millares de vehículos a motor y centenares de semovientes atraviesan uno de los espacios naturales más hermosos, singulares y frágiles de España y aún de Europa: el Parque Nacional de Doñana. Una vez más, la romería del Rocío deja tras de sí toneladas de basura y chatarra, cadáveres de equinos y desperdicios sin cuento. El Espacio Natural de Doñana es una joya no ya onubense, andaluza o española, es una joya universal, cuya custodia y protección es responsabilidad de todos, en particular de los habitantes de la zona que, por otra parte, obtienen razonables réditos económicos, sociales y morales con ella, en forma de turismo sostenible y orgullo de la tierra.
Mantener el uso aberrante que de Doñana se hace al final de la primavera de cada año es una vergüenza para todos y se compadece mal con los valores que, se supone, queremos mantener: el respeto a la naturaleza y el respeto a nosotros mismos.— José Luis Viejo Montesinos. Catedrático de Zoología de la Universidad Autónoma de Madrid.