La historia de Hachiko, el perrito fiel del cruce de Shibuya
Estatua del perro Hachiko junto al cruce de Shibuya, en Tokio (Japón) / WILL ROBB
Como mañana es Nochebuena, el post de hoy trata sobre la amistad. Es una historia bonita y triste que sucedió en Japón. Espero que os guste.
Uno de los puntos de encuentro más populares en Tokio es la estatua del perro Hachiko en el cruce de Shibuya, una de las intersecciones más concurridas y fascinantes del mundo.
Uno de los semáforos del cruce de Shibuya, Tokio. / ISIDORO MERINO
Muchos lo conoceréis por la película Lost in Translation, de Sofía Coppola: luces de neón, pantallas gigantes y semáforos perfectamente sincronizados que se abren y cierran a la vez en seis pasos de peatones, convirtiendo la plaza en un hormiguero humano (se dice que cada día pasa por allí un millón de personas). Por la noche el espectáculo es grandioso, e invita a dejarse llevar por la multitud.
El perro Hachiko, en sus últimos años. / WIKIMEDIA
A comienzos de los años veinte, un profesor de la Universidad de Tokio llamado Eisaburo Ueno tenía un perrito de raza akita llamado Hachiko. El profesor Ueno vivía cerca de Shibuya, y el perro acudía todos los días a recibirlo en la estación cuando regresaba del trabajo. Esta rutina, que no pasó desapercibida para los empleados de la estación y los comerciantes de la zona, continuó sin interrupciones hasta el 21 de mayo de 1925, cuando Ueno murió de un infarto cerebral durante una de sus clases.
Este conmovedor ejemplo de amor y fidelidad perruna fue llevado al cine en 1987 por el cineasta japonés Seijiro Kojama; la película, en blanco y negro, se titulaHachiko Monogatari (La historia de Hachiko). En 2009 se rodó en Estados Unidos Siempre a tu lado, un remake protagonizado por Richard Gere y dirigido por Lasse Hallström que consiguió que muchos espectadores saliesen del cine llorando.
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