Catalanes a rebato

Mi condolencia a los amigos catalanes, para quienes la Generalitat propone una pregunta quebradero de cabeza: “¿Quiere que Cataluña sea convierta en un Estado?”.

La consulta, por Constitución y razón, probablemente no se celebrará, pero de momento esos serios ciudadanos quedan sometidos al agobiante rosario de dudas que asaltará sus mentes: ¿Estado a lo Westfalia? ¿O a lo norteamericano, para cuya determinación utilizaríamos regla y compás, caso omiso de fronteras naturales, para luego alcanzar un régimen jurídico similar al de nuestras comunidades autónomas? ¿Estado a lo portorriqueño, o a lo de las islas Marianas del Norte, Catalunya asociada a la hasta hoy expoliadora metrópoli? ¿Estado anexo, a lo de unas Cook con Nueva Zelanda que decide sus políticas básicas? Todos son Estados...

De ahí al inmediato interrogante de qué sea “Estado”. Hete, pues, al ciudadano catalán —en aras de voto responsable— inmerso en sesudas reflexiones de derecho político.

Necesitará, pues, leer manuales, lo propio sería que el Govern los repartiese gratis. De no ser así, a tirar de bolsillo o de biblioteca y echar un vistazo al Stato que definió Maquiavelo, a repasar Weber, Heller, a recalar en las teorías generales del Estado de Kelsen (462 páginas), Bobbio (293), Bourdieu (tochos II y VI)... y a lo que usted mande.— Carlos María Brú Purón. Notario, exdiputado a Cortes y al Parlamento Europeo.